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Negociación en Managua de un acuerdo final de paz

Antonio Caño

Los Gobiernos saliente y entrante de Nicaragua negociaron ayer en Managua los aspectos finales de un acuerdo de alto el fuego con la 'contra' que permita la ubicación de los rebeldes en zonas especiales protegidas dentro del territorio de Nicaragua. la incertidumbre rodea las negociaciones debido al peligro de que los combatientes de la Resistencia Nicaragüense (RN) sigan armados después del traspaso del poder a Violeta Chamorro, el próximo día 25.

A falta todavía de resultados concretos, lo más optimista que pudo extraerse hasta ahora de las reuniones de Managua fue la coincidencia de que se trata del "inicio de un proceso de desarme", según coincidieron portavoces de los tres bandos. "Yo espero que esta reunión concluya con importantes acuerdos sobre el ,cese del fuego, el desarme de RN y la paz definitiva en el país", declaró el mayor Joaquín Cuadra, viceministro de Defensa.Uno de los representantes de RN, Arístides Sánchez, dijo que "si las cosas salen bien, se puede llegar a firmar un acuerdo global y definitivo, sobre la paz en Nicaragua". Por parte de Violeta Chamorro, su portavoz, Luis Sánchez, coincidió en que "las propuestas hechas son razonables y todo se desarrolla en un ambiente muy positivo".Las negociaciones, que comenzaron el martes y, si es necesario, se prolongarán hasta el día de hoy, tratan de poner freno al clima de tensión que se había apoderado de Nicaragua por el incumplimiento por parte de la contra de su compromiso de iniciar el desarme antes del 20 de abril. Lejos de eso, lo que ha hecho la contra es entregar a las fuerzas de la ONU en Honduras unas cuantas armas de los pocos soldados que quedaron en sus campamentos hondureños, mientras que mantenía la presión militar dentro de Nicaragua, poniendo en serio riesgo el pacífico traspaso de poderes.

El presidente en funciones, Daniel Ortega, denunció en días pasados que se había producido una penetración masiva en Nicaragua -se ha mencionado la cifra de 9000- de los contras que hasta hace unas semanas permanecían en los campamentos de Yamales. Los sandinistas han llegado a hablar del peligro de una guerra civil, aunque esto ha sido interpretado como un exceso de alarmismo por otras fuentes en Managua.

Ambición de la 'contra'

Lo que ya parece imposible de conseguir es que, como querían los sandinistas y los asesores de Violeta Chamorro, la entrega de las armas de la contra concluyes antes de la toma de posesión de la nueva presidenta, lo que deja a Violeta Chamarro como líder d un país con dos Ejércitos que le son hostiles políticamente.El tema más dificil de negociación es, sin duda, la ambición de la contra de que el desarme de sus tropas se produzca simultáneamente al desarme del Ejército Popular Sandinista (EPS). El jefe negociador de RN, Oscar Sovalbarro, comandante Rubén, llegó a proponer a su llegada a Managua la desaparición del EPS y su sustitución por una policía nacional, al estilo de Costa Rica.Los sandinistas, obviamente se oponen rotundamente a eso y llegaron ya el mes pasado a un acuerdo con el equipo de Violeta Chamorro para que los jefes militares sandinistas permanezcan en sus puestos después del 25 de abril. En su edición de ayer el órgano del Frente Sandinista, Barricada, advertía al próximo Gobierno "que no se desvíe de los acuerdos de transición".

[Los únicos 350 contras nicaragüenses que permanecen en Honduras entregaron ayer sus armas, casi todas inservibles, al Grupo de Observadores de las Naciones Unidad para Centroamérica (ONUCA), informa Efe. La entrega fue efectuada en Ya males por el comandante Don Ciro (Abel Céspedes).

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