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El amor perdió al principal matón de la Mafia siciliana

Giuseppe Lucchese, de 29 años, apellidado el verdugo de la Piovra, ha caído en manos de la justicia tras ocho años de clandestinidad. El amor le perdió. Estaba condenado a cadena perpetua por el tribunal de Palermo acusado de 37 asesinatos, entre ellos, el del general de Carabineros Alberto dalla Chiesa. Según el juez Giovanni Falcone, la detención de Lucchiseddu, el mote con que se conoce a Lucchese por su pequeña estatura, después de la captura de Michele Greco, "es la más importante en la historia de la lucha contra la moderna Mafia de la heroína".

El pistolero más importante de la Mafia fue detenido ayer en las afueras de Palermo en un chalé que compartía con su novia, Claudia Chines, de 26 años.Lucchese se preparaba para escalar los últimos peldaños de la Cosa Nostra siciliana, y para ello estaba siempre dispuesto a disparar su P-38 especial, que fue encontrada en su guarida con el número de registro ciudadosamente borrado, junto a un verdadero arsenal de municiones.

En estos momentos ocupaba el tercer lugar en la jerarquía del clan de los Corleone -de igual nombre a la familia cinematográfica ideada por Marlo Puzo y Francis Ford Coppola-, que han ganado la guerra de los clanes. Fuentes judiciales sicilianas informaron ayer que Lucchese será sometido a un juicio sumarísimo.

Quien lo conoció de cerca -como los arrepentidos Buscetta, Contorno y Mannola, que han hablado siempre de él en sus confesiones-, asegura que Lucchiseddu es un hombre "que lleva la Mafia en la sangre" y para quien matar es "su deporte preferido". Sobre todo cuando se trataba de personas importantes para cuyos asesinatos se apuntaba siempre con fervor de neófito. Así, ha sido acusado de haber disparado no sólo contra Dalla Chiesa, sino también contra el jefe de la policía de Palermo, Nio Cassara-, contra el famoso comisario Giuseppe Montana, y contra muchos otros.

El atentado contra Dalla Chiesa, perpetrado el 3 de setiembre de 1982 y en el que también murieron su esposa y su escolta, está considerado uno de los golpes más audaces de la Mafia contra el Estado italiano.

Entre los principales crímenes de Lucchiseddu figura el asesinato, de un disparo en la nuca, de Pino Greco, alias Scarpa, quien durante años compartió con Lucchese el honor de ser uno de los pistoleros de confianza de la familia. Durante aquella ejecución, el lugarteniente de Lucchese, Agostino, palideció al ver la sangre fría de su patrón en el momento de llevar a cabo el trabajo. Éste, tomándole por el brazo, le dijo en tono paternal: "Por esta vez te perdono a ti, Agostino". Pero su benevolencia duró poco. El pequeño verdugo mafloso no soportaba a los pusilánimes frente a la sangre, de modo que Agostino sucumbiría poco tiempo después a manos de su antiguo jefe.

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Siguieron a la novia

La Interpol y la policía de Palermo han conseguido llegar a la detención de Lucchiseddu tras dos meses de pesquisas y una ardua tarea de vigilancia y seguimiento. Sin embargo, como en las mejores historias de ficción sobre lossicarios de la Mafia, Lucchese ha sido traicionado por su amor hacia una mujer: Claudia Chines, de la que se había enamorado perdidamente.Desde el momento que la policía supo de tales amores siguió a la muchacha hasta dar con elparadero de su companero, en las afueras de Palermo, en una modesta casa de tres habitaciones; eso sí, "amueblada con mucho gusto", como lo había descrito el arrepentido Marino Mannoia.

Cuando los policías irrumpieron en la vivienda, en vez de reaccionar, al verse rodeado porlas fuerzas del orden, Lucchese se entregó como un cordero inocente, sin rechistar y hasta "con una sonrisa", afirman las crónicas.

El juez Falcone, el más importante cazamafiosos de Italia, describió la captura como el golpe más importante que ha recibido la Plovra (el Pulpo, como tambiénse conoce a la Mafia) desde que se entregó Michele Greco, y a raíz de las confesiones de Mannola era uno de los hombres más buscados. La madre y la hermana de Mannoia pagaron mortalmente por las revelaciones de su hijo. Ambas fueron asesinadas por el propio Lucchese, como venganza por la defección de su pariente. Lucchese compartía el triunvirato de poder de la Mafia siciliana con Toto Riina, a quien se supone Padrino de la organización en la actualidad, y su principal aliado, Bernardo Provenzano.

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