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Ligera ventaja inicial del partido de Gandhi en las elecciones generales indias

Las elecciones generales indias concluyeron anoche como comenzaron, con una violencia desatada y acusaciones contra el partido gobernante del Congreso (I) de manipulación y fraude. Mientras los últimos 36 millones de electores se dirigían a las urnas en los conflictivos Estados de Bibar, Punjab y Sikkim, comenzaba el recuento de 300 millones de votos emitidos días atrás. La tendencia inicial del escrutinio sugiere un fuerte voto para la oposición y ventaja del Partido del Congreso de Rajiv Gandhi, pero sin mayoría suficiente para formar Gobierno.

Si esta tendencia se confirma en el recuento de papeletas que proseguirá hoy, la India se encontraría por vez primera con un Parlamento sin mayoría clara para ningún partido. La Constitución otorga en este caso poderes al jefe del Estado para decidir a quién encarga la tarea de gobernar.El maratoniano ejercicio electoral, desarrollado a lo largo de tres días, se ha cobrado la vida de más de 130 personas en choques partidistas. La cifra es más de lo que puede digerir sin consecuencias un país con un régimen democrático formal, y la Bolsa está cotizando a la baja el desarrollo de los comicios más amargos desde la independencia.

Las primeras proyecciones del recuento apuntan a que Gandhi está perdiendo el apoyo tradicional de las regiones norteñas, que por el volumen de su censo electoral deciden quién gobierna en la India. Por el contrario, parece que la mano abierta que simboliza al partido gobernante podrá impedir en el sur ser arrollada. por la rueda que sirve de emblema al principal grupo opositor, el centrista Janata Dal de V. P. Singh, directo rival de Rajiv Gandhi.

En Delhi había anoche rostros de circunstancias en el cuartel general del Congreso (I) y euforia contenida en la sede de la oposición; especialmente entre los dirigentes del Bharatiya Janata (BJP), derecha militante hindú, partido al que los primeros escrutinios vaticinan un fuerte ascenso.

Participación

Aunque no hay datos definitivos sobre participación, los promedios de las jornadas precedentes la sitúan en torno al 60%, lo que vendría a significar que han votado al menos 300 millones de personas. Con 529 escaños en disputa, la mayoría necesaria para gobernar en alianzas son 265 diputados, una cifra que de momento parece lejos de las posibilidades de cualquiera de los contrincantes.Si el escrutinio de los votos confirma las previsiones de los sondeos y la tendencia de los recuentos iniciales, la India debe aprender a olvidarse de mayorías absolutas como la que ha permitido al primer ministro Gandhi, con 415 escaños sobre 543, dirigir el inmenso país asiático como un cortijo. Las posibilidades teóricamente abiertas por este retrato al minuto son tres. Una, el Partido del Congreso emerge como fuerza más votada pero sin mayoría suficiente. Dos, la coalición opositora Frente Nacional resulta ganadora, y su principal partido, el centrista Janata Dal, obtiene más escaños que el Congreso (1). Esta alternativa colocaría al Rajá, como V. P. Singh es conocido, en la rampa de lanzamiento hacia la jefatura del Gobierno. Y tres, el partido gobernante de Rajiv Gandhi y el Frente Nacional obtienen parecido número de escaños. En este caso, el jefe del Estado, de quien se alaba su rigurosa interpretación de las reglas del juego, deberá considerar cuál de las dos formaciones garantizarla mejor el Gobierno estable de la India.

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