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La OTAN cree que los cambios en el Este no deben influir en la seguridad occidental

Los vientos del cambio que se está registrando en los países europeos del Este y la política de reforma emprendida por el líder soviético, Mijail Gorbachov, no deberían hacer bajar la guardia a los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ni provocar recortes presupuestarios en materia de defensa.

Ésta es la concluyente afirmación esgrimida el pasado jueves en Washington en un seminario organizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), al que asistieron algunos de los ministros de Defensa del denominado Eurogrupo, el club que reúne a los países europeos de la OTAN, a excepción de Francia e Islandia.Entre los asistentes al seminario, donde se expuso abiertamente el papel de la OTAN frente al cambio que se está experimentando en el bloque comunista, se encontraban el secretario general de la Alianza, el alemán federal Manfred Woerner, y el ministro de Defensa español, Narcís Serra, que preside el Eurogrupo.

El secretario general explicó durante una conferencia dirigida a los asistentes al seminario que la Alianza debe seguir permaneciendo alerta, y parafraseó al influyente senador demócrata por Georgia, San Nunn, diciendo que "los comunistas han perdido, pero la democracia aún no ha ganado".

Woerner, que calificó a Gorbachov como "más un producto de nuestro sistema que del suyo propio", explicó que la Alianza debe contribuir al cambio y colaborar en la construcción de la nueva Europa, "en la que la seguridad deberá estar garantizada no por camisas de fuerza militares sino por los valores liberales comunes".

Narcís Serra, explicó en la inauguración del seminario la importancia de 1992 para el futuro de Europa y dijo que "el objetivo final de la unificación europea es la seguridad". Convencido de que la OTAN debe jugar un papel en favor de la paz, Serra se refirió también al equilibrio económico continental, al apoyo europeo a los países del denominado Bloque Sur y a la cooperación internacional en la lucha contra la contaminación y la droga. Gerhard Stoltenberg, ministro de Defensa de la RFA, y Zbigniew Brzezinski, consejero del CSIS y asesor de Seguridad Nacional del ex presidente Jimmy Carter, coincidieron en que el cambio que se está produciendo en la Europa del Este no debe desestabilizar el bloque occidental. En opinión de Stoltenberg, "las viejas estructuras se están disolviendo, los cambios en Polonia y Hungría contrastan con la inmovilidad de Checoslovaquia, Rumania y la RDA, y eso hace pensar en la necesidad de estrechar la Alianza, porque el Pacto de Varsovia sigue reforzándose". "La seguridad es", en opinión del ministro alemán, "indispensable para el futuro de la Europa occidental". Stoltenberg se mostró partidario de "eliminar las causas políticas que provocan tensiones y conflictos".

Las intervenciones de los representantes norteamericanos fueron mucho más directas con relación a la supervivencia de la Alianza y a su financiación. Paul Wolfowitz, que intervino en lugar del secretario estadounidense de Defensa, Richard Cheney, fue tajante cuando dijo que "sería un error recortar los presupuestos de defensa de los países de la OTAN, porque la Unión Soviética está reforzando su poderío militar".

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