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REPRESIÓN EN CHINA

El periodismo vuelve al más oscuro de los pasados

Una generación de periodistas chinos, frustrados por el resurgir de la censura de la 'revolución cultural'

La nueva generación de periodistas chinos que con enormes dificultades se iba abriendo paso en la estructura gubernamental de los medios de comunicación social ha sufrido un duro golpe. "Camaradas de Pekín, estaremos siempre con vosotros", se atrevió a escribir el Diario del Mundo Económico, tras la entrada de los carros de combate en la capital china, que puso un fin sangriento al movimiento estudiantil a favor de la democratización del país. Las puertas del periódico están desde entonces selladas y su director, Fei Xiaodong, en paradero desconocido.

En el mundo periodístico chino se ha producido una auténtica hecatombe que lo ha devuelto a la época más oscura de la gran revolución cultural. Televisión radios y periódicos han sido plenamente reinsertados en el aparato de propaganda de un partido comunista dividido que se repliega sobre sus propias filas en busca de una directriz válida.[El responsable de propaganda del Ejército, Shao Huaze, ha sido nombrado redactor jefe del Diario del Pueblo, el órgano del partido comunista y el periódico más importante del país, según informa France Presse. Al mismo tiempo, se ha anunciado la sustitución del director de este diario, Quian Liren, "aquejado de problemas de salud", por un burócrata del partido sin experiencia en periodismo, Gao Di, de 62 años.]

La desilusión, el cinismo y el miedo que han gobernado este país hasta hace pocos años se asoman nuevamente castigando a la población al silencio. "Para las noticias que dan los periódicos, más les valía ahorrarse la tinta", dice un joven lamentándose de ser uno de los que vende en la calle "mentiras impresas".

El Diario del Mundo Económico, nacido en 1980 y editado en el populoso y activo puerto de Shanghai, era pionero del nuevo periodismo chino desenganchado de la línea oficial y con serias, y frecuentemente aceptadas, críticas a cuestiones económicas e industriales.

Sólo cuatro páginas

Desde que el Gobierno aplastó el "intento de golpe contrarrevolucionario", según sus propias palabras, el único periódico que se edita en el país en una lengua distinta del chino, el China Dady, aparece con una nota en portada que reza: "Debido a razones especiales, China Daily lamenta tener sólo cuatro páginas".

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Este periódico llegó a publicar una foto de sus redactores manifestándose en apoyo de las demandas estudiantiles de libertad de prensa, lucha contra la corrupción y el nepotismo y democratización del sistema político chino. Ahora muchos de ellos han iniciado un largo período de vacaciones, junto con sus colegas de Diario del Mundo Económico.

Por supuesto, en el periódico de ayer no se informa de las ejecuciones de Shanghai, pero sí de que 43 campesinos viejos visitan felices las montañas Hua, en la provincia de Shaanxi, y de que el primer ministro, Li Peng, ha dicho que China no se doblegará" ante las presiones extranjeras.

El ansia de libertad había calado incluso en la agencia de noticias Nueva China (Xinhua), institución que actuó, y continúa haciéndolo en Hong Kong, como embajada de China cuando el país estaba aislado diplomáticamente.

En una carta enviada a los compatriotas de Hong Kong", y firmada por "algunos cuadros y empleados" de la agencia Xinhua, tras la declaración de la ley marcial en Pekín, el 20 de mayo pasado, se lee: "Li Peng debe ofrecer su dimisión ante el comité permanente de la Asamblea Popular Nacional y admitir su error".

Se espera que en cuanto se clarifique la situación en la cúpula del poder comience una amplia purga de los responsables de los medios de comunicacíón y de periodistas. Uno de los primeros en caer será Xu Jiatun, director de Xinhua en Hong Kong, que ya ha sido criticado por no haber controlado la marea de críticas que baña la colonia tras la violenta toma de Tiananmen.

En Radio Pekín un locutor se atrevió a llamar "criminales" a los soldados que se enfrentaron a los civiles. Éste, corno otros muchos otros que no hayan logrado esconderse a tiempo, es una de las víctimas de la caza de brujas desatada para "poner la casa en orden", o más bien para evitar que la luz se filtre y se vea la porquería.

Se quedan solos

Los periodistas se han quedado solos, nadie está dispuesto a contestar a sus preguntas después de que se han utilizado las imágenes televisadas para detener, juzgar, condenar a muerte y fusilar. Los más arriesgados han iniciado ya el camino del desempleo.

Mientras tanto, los chinos tienen que conformarse con imágenes e informes de cómo el Ejército presenta honores a los soldados, "mártires por frenar la contrarrevolución"; llamamientos para que la población siga el ejemplo de estos mártires en su "defensa y amor a la patria" o para que estudien los discursos de Deng Xiaoping; efectivos del Ejército Popular de Liberación ayudando a los campesínos en la recolección de la "buena cosecha", y el primer ministro Li Peng ejerciendo sus deberes gubernamentales.

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