Juan Astigarrabía, comunista (y disidente) vasco
Ayer fue enterrado en San Sebastián Juan Astigarrabía Andonegui, que en junio de 1935 fuera elegido primer secretario general del Partido Comunista de Euskadi y entre noviembre de 1936 y junio de 1937 representó al mismo en el Gobierno vasco presidido por José Antonio Aguirre como consejero de Obras Públicas.Nacido en la capital guipuzcoana el 20 de noviembre de 1901, el ex marino Asti formó parte del,grupo de comunistas guipuzcoanos que al borde de la República consiguen ponerse al frente del movimiento sindical en San Sebastián y en Pasaia. En las fichas policiales es pronto designado como el cabecilla, y de hecho encabeza la marcha de los pescadores de Pasaia sobre la capital, saldada con varios muertos por disparos de la fuerza pública. Su prestigio le proyecta sobre Madrid, siendo uno de los sucesores previsibles de José Bullejos en la crisis del PCE de 1932, pero el elegido de la Internacional será José Díaz, con quien mantendrá relaciones muy difíciles. Las iniciativas sobre estrategia política y sindicalismo le provocan los primeros conflictos en el período de clase contra clase, y la disconformidad se torna disidencia en 1935, cuando asiste como miembro de la delegación española al VII Congreso de la Internacional Comunista. Antes era el rechazo de la "política sindical española vista desde Moscú"; ahora, sencillamente, no le gustaba demasiado lo que vio en la patria del socialismo, ni estaba de acuerdo con sus compañeros de dirección.
En junio de 1935, en el con greso fundacional, es puesto al frente del Partido Comunista de Euskadi, el cual, no obstante, y según sus propias palabras, "no tenía más autonomía en el PCE que el radio de Majadahonda". La guerra cambia las cosas, por el aislamiento vasco, mientras crecen los ataques contra él des de Madrid y en Bilbao, encabe zados por sus correligionarios Jesús Monzón y Ramón Ormazábal. Así, al derrumbarse el frente vasco se convierte en el chivo expiatorio de la derrota. En julio de 1937 hace una auto crítica dentro del más pu'ro estilo de los tiempos de Stalin y es expulsado, saliendo de España con apoyo del PNV.
Veinte años después, al llegar el viraje de la reconciliación nacional, Pasionaria cita su nombre entre los recuperables. De hecho, en el exilio americano, Asti mantiene su ideología, y así, tras el triunfo de Castro, pasa de Panamá a Cuba para colaborar con la revolución. Cuando a partir de 1974 se reorganiza el Partido Comunista de Euskadi ocupa un puesto simbólico en el central, ahora presidido por su adversario Ormazábal. Ambos volverán a situarse en orillas opuestas cuando en 1981 tenga lugar la crisis del partido: siguiendo a la mayoría de Lertxundi, Astigarrabía se integra en Euskadiko Ezkerra. Desde fines de los setenta había abandonado a su familia en Cuba para seguir de cerca la política vasca. Ésta fue su principal ocupación en los últimos años, transcurridos en la residencia de ancianos donostiarra de Zorroaga.
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