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El periodismo elige hoy su candidato a suceder a Alfonsín

Los más de cuatro millones de perodistas afiliados al Partido Justicialista están convocados hoy a las urnas en Argentina para elegir candidato presidencial para 1989. El gobernador de la provincia de Buenos Aires y presidente del partido, el economista Antonio Cafiero, de 65 años, y el gobernador de La Rioja, el abogado Carlos Menem, de 53, disputan la elección interna, que se presenta reñida y sin claro favorito. Los sondeos resultan en este caso poco fiables, debido a que no se trata de elecciones generales, y ambos candidatos encuentran datos que les dan ganadores.

La aparición en la interna peronista de Menem rompió los esquemas y previsiones. Hasta que Menem anunció su intención de disputar la candidatura, todo parecía claro. Cafiero era el líder indiscutido del peronismo, tras el triunfo en las elecciones a gobernadores y las parlamentarias del pasado 6 de septiembre. Todo parecía indicar que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, tan grande como Italia y con 12 millones de habitantes, tenía abierto el camino a la sucesión del actual presidente, el radical Raúl Alfonsín. El fracaso de los radicales en la gestión económica, que lleva a Argentina de nuevo hacia la hiperinflación, parecía abrir el camino a la presidencia en 1989 al candidato peronista. El alza de precios consumidor fue del 18%, en junio último y en lo que va de año se acumula ya un 121,270. La mufa, mezcla de amargura, desmoralización y desencanto, se extiende por el país.La presencia de Menem rompió la estrategia de Cafiero, que se había presentado como renovador del peronismo y trataba de anular la fuerza de los sindicalistas anquilosados en métodos del pasado y aislar a los elementos más radicalizados de la extrema derecha y la extrema izquierda peronista. Cafiero dialogaba con Alfonsín y se ofrecía incluso para apoyar medidas impopulares del Gobierno. Esto daba al peronista un toque de estadista aceptable para la burguesía y parecía llevarle con cierta seguridad a la presidencia. Este esquema se vino abajo con la irrupción de Menem.

El gobernador de La Rioja, una pequeña provincia con menos de 200.000 habitantes, con sus patillas de viejo caudillo y su gancho popular, recolectó los sectores que la renovación había marginado en el peronismo. Reagrupó a sindicalistas y otros grupos abandonados por el neoperonismo, se montó en el menemóvil y empezó a recorrer el país en una campaña que sacudió al aparato del Partido Justicialista.

La incógnita de la elección de hoy es si Cafiero conseguirá movilizar ese aparato del partido o si el arrastre de Menem entre las bases logrará imponerse. La segunda interrogante es cómo saldrá el peronismo después de la lucha interna. Resulta dificil imaginarse que, si pierde, Menem se vaya tranquilamente a La Rioja a gobernar su provincia, después de haberse embarcado en la disputa por la presidencia.

Temor a la ruptura

En el entorno de Cafiero se espera un resultado favorable, pero apretado. Esto obligaría a Cafiero a negociar con Menem. Los términos de esa negociación no están claros. Los dos candidatos aseguran que no romperán y aceptarán el veredicto de las urnas, pero resulta fácil imaginarse una situación de acusaciones de fraude, que legitimaría una ruptura si el resultado es muy apretado.La impresión más extendida en Buenos Aires es que el peso del aparato puede ser decisivo por la posibilidad de movilización y organización de los votantes, que superan los 4,1 millones de afiliados.

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Se calcula que una participación elevada favorece a Menem, por su capacidad de movilizar a las bases peronistas. Una participación baja parece beneficiar a Cafiero, porque los dependientes del aparato resultan más fácilmente movilizables.

Menem es consciente de eso y por eso ha apelado a que los peronistas no se dejen influir y decidan "allí donde nadie puede comprar la conciencia de un pueblo que marcha hacia su liberación: en el cuarto oscuro". En un Mensaje a la Esperanza, difundido a toda página en la Prensa, Menem dice que "este sábado, para los peronistas de verdad, es la Historia la que golpeará en cada puerta. Serán Perón y Evita quienes los llamarán para continuar su camino. Y nadie podrá negarse a ese llamado".

Según Menem, "este 9 de julio, ustedes van a elegir entre la resignación o el cambio. Entre la decadencia o el progreso. Entre un peronismo unido y con mayúsculas o un peronismo elitista y sectario. Entre un proyecto nacional, federal y revolucionario o un programa continuista, dócil y domesticado".

Carta abierta a Menem

Cafiero ha utilizado el camino de una Carta Abierta a Carlos Menem, en la que le conjura para que no provoque una ruptura del peronismo.El candidato presidencial y político peronista escribe también : "Vos sabés bien, Carlos, porque estás rodeado por algunos de ellos, que hay individuos que claramente te están empujando a fracturar el partido de Perón. Los conocés de memoria y me consta que intentaste combatirlos. Pero la realidad de excusas, impugnaciones y acusaciones de fraude demostraron que no pudiste contenerlos. Son esos muchachos que si no estuvieran a tu lado no podrían ganar ni siquiera la interna de un club de barrio, porque la gente no los quiere".

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