Nicaragua y Esquipulas
El pasado 15 de enero del año en curso, los presidentes de los cinco Estados centroamericanos se reunieron en San José (Costa Rica) para realizar un balance de los progresos del acuerdo de Esquipulas II. El comandante Daniel Ortega, presidente de Nicaragua y firmante del acuerdo, prometió tomar medidas con vistas a una democratización en su país tales como la abolición del estado de excepción (en el que se hallan desde 1982) que ha implicado la suspensión de todos los derechos civiles y políticos durante ese período. La promesa fue cumplida de derecho el 19 de ese mismo mes.¿Ha cambiado algo desde entonces? Los hechos no lo demuestran, ya que hace pocas fechas, el secretario del Comité Directivo de la Comisión Pro Derechos Humanos (CPDH) de Nicaragua, don José Castillo Osejo, director de Radio Corporación de Managua, fue citado por el ministro del Interior, comandante Tomás Borge Martínez, y una vez en su casa le agredió verbal y fisicamente, causándole lesiones en el rostro. Resultaría ocioso decir que el señor Borge no fue sancionado en modo alguno.
Aquí ocurre una de las dos cosas: o el señor Borge no está informado de la "apertura democrática" afirmada por su presidente o, si la conoce, la olvida olímpicamente.
En cualquier caso, mal, señor Borge- Jefe del departamento latinoamericano de la Sociedad Española para los Derechos Humanos (SEDH).
