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Apoyo constante del Gobierno español al desarme

El Gobierno español de Felipe González se ha mostrado repetidas veces a favor del más amplio desarme nuclear en Europa, incluyendo su apoyo a la llamada opción supercero, es decir, el desmantelamiento de los misiles con un alcance de 500 a 1.000 kilómetros. Tras la firma en Washington entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov del acuerdo sobre eliminación de misiles nucleares de alcance intermedio en Europa, Felipe González declaró, el pasado 18 de septiembre, que dicho acuerdo suponía "un paso gigantesco para la humanidad".Ya antes de la firma del acuerdo, el presidente del Gobierno español había escrito, en mayo del pasado año, sendas cartas a Reagan y Gorbachov en las que se declaraba a favor de que la negociación que condujo al tratado incluyera la opción supercero y se mostraba partidario de condicionar un acuerdo sobre los misiles tácticos (hasta 500 kilómetros de alcance) a las negociaciones sobre las armas químicas y convencionales.

Con respecto al Tratado de No Proliferación Nuclear JNP), Felipe González hizo público, el 25 de febrero de 1987, que España firmaría su adhesión al mismo, aun cuando el 7 de enero de 1985 había afirmado en un programa de TVE que nuestro país no firmaría el TNP, al que calificó de "una de las mayores hipocresías del mundo".

La posición del Gobierno sobre el armamento nuclear ya quedó fijada en el decálogo sobre seguridad nacional propuesto para su consenso por el presidente en el Congreso de los Diputados el 23 de octubre de 1984, y uno de cuyos puntos era el compromiso de .no nuelearizar España". Ya el 14 de marzo de 1983, el presidente González afirmó que en nuestro país no se instalarían misiles nucleares, mientras que el ministro de Defensa, Narcís Serra, declaraba un mes antes ante la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados que "en absoluto los planes de modernización contemplan la construcción de ningún tipo de arma nuclear".

La 'guerra de las galaxias'

Sobre la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), conocida popularmente como popularmente como guerra de las galaxias, Felipe González manifestó en una reunión de la Internacional Socialista en octubre de 1986, que dicho programa se sostenía dificilmente e insistió en que Europa debería participar clara y directamente en las negociaciones globales sobre armamento.

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