_
_
_
_
_

Voladura controlada.

Treinta y cinco kilos de Goma 2 EC, repartidos en 711 detonadores, derribaron ayer un edificio de 44 metros de longitud y 18 de altura situado en la calle de Emilio Vargas, junto a Arturo Soria. Este tipo de explosiones, al no hacerse en el aire, sino en perforaciones realizadas en los pilares y retocadas con tierra, evita los peligros de la onda expansiva. En un segundo, a las 16.15, y sin incidente alguno, lo que era sede de unos laboratorios quedó convertido, tras un ruido seco y una espesa nube de polvo, en un montón de escombros. En la Embajada de Indonesia, situada a cinco metros de distancia, apenas se mancharon los cristales.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_