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Kohl empieza a dar marcha atrás en sus trabas a la 'opción supercerero' para el desarme de Europa

Lluís Bassets

El canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, matizó ayer en París la posición que defendió hace una semana ante el Bundestag (Parlamento), cuando apoyó la llamada opción triple cero, que aboga no sólo por la eliminación de los euromisiles y de los cohetes norteamericanos y soviéticos de 500 a 1.000 kilómetros de alcance (opción supercero), sino también de los misiles tácticos de hasta 5% kilómetros de radio. Ayer, Kohl dejó de vincular la supresión de los cohetes tácticos a un acuerdo sobre el resto de los misiles instalados por las superpotencias en Europa.

Francia y la RFA no parecen haber aproximado sus puntos de vista sobre las propuestas soviéticas de desarme ni sobre la política agrícola comunitaria, después de la cumbre semestral que se clausuró ayer en París.El presidente francés, François Mitterrand, que reafirmó su apoyo a la opción supercero, matizó también sus divergencias con su primer ministro, Jacques Chirac, a propósito de la opción supercero y aseguró, además, que el que los europeos puedan llegar a una posición común sobre las negociaciones soviético-norteamericanas depende ahora de Bonn.

El canciller alemán aseguró que el 4 de junio daría a conocer ante el Bundestag la postura final de su Gobierno de coalición democristiana-liberal, de forma que en la cumbre de los siete países más industrializados, que se abrirá en Venecia el 8 de junio, Europa pueda presentarse con una sola posición, cuestión que el presidente francés consideró "deseable y probable". Las prudentes declaraciones de Kohl y Mitterrand en la conferencia de prensa de clausura de la cumbre francoalemana no permitieron, sin embargo, percibir un avance sustancial.

Helmut Kohl vinculó el pasado 15 de mayo la negociación sobre los misiles de alcance intermedio (entre 1.000 y 5.000 kilómetros) y de más corto alcance (entre 500 y 1.000 kilómetros) a la negociación del desmantelamiento de los misiles tácticos (hasta 500 kilómetros) en lo que se ha dado en llamar opción triple cero. Ayer, Kohl desvinculó la negociación sobre este último tipo de armas del resto de los sistemas en juego, aunque argumentó ampliamente el peligro que ello supone, especialmente para los alemanes.

Mitterrand no quiso pronunciarse sobre la triple cero, porque, dijo, "es una pura hipótesis y no voy a definirme sobre problemas que no están actualmente sobre la mesa". La posibilidad de hacer entrar los misiles tácticos en la negociación preocupa especialmente en París y es origen de divergencias entre el primer ministro, Jacques Chirac, y el presidente de la República.

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Chirac, contrario

Chirac se ha declarado contrario a la opción supercero porque considera que significa entrar en unas negociaciones de desarme por rebanadas que llegará, finalmente, a los propios misiles tácticos franceses. Mitterrand insiste, en cambio, en que la fuerza nuclear francesa no debe entrar en negociación en ningún caso pero afirma su apoyo a la supercero, en un intento de evitar dar una imagen negativa de Francia ante el avance de las negociaciones de Ginebra. El presidente francés insistió ayer en que Francia "no pondrá condiciones previas a una acuerdo sobre los cohetes de alcance intermedio y corto" y admitió que la globalidad de las armas, incluidas las convencionales y las químicas, debían entrar en consideración, como cuestión de fondo, aunque el proceso de negociación debe realizarse paso a paso. "No queremos adelantarmos al momento en que la RFA tome sus decisiones", aseguró Mitterrand.Al ser interrogado sobre las divergencias con su primer ministro, Mitterrand contestó que "Francia habla con una sola voz y esta voz acaban ustedes de oirla", en una inconfundible reivindicación de la primacía del Presidente sobre el Gobierno en los temas de defensa.

La propuesta de Kohl de desmantelar los misiles de alcance intermedio y corto, a excepción de los Pershing 1A, fue comentada también por Mitterrand. "Los Pershing 1A plantean también problemas específicos que habrá que resolver", dijo. 72 de estos de misiles pertenecen a la RFA, pero las cabezas nucleares están en manos de EE UU.

Helmut Kohl dedicó buena parte de su tiempo a reconfortar los buenos sentimientos de amistad de sus aliados, especialmente de sus anfitriones franceses.

En un intento de alejar los temores que pueda suscitar la posibilidad de un reforzamiento del neutralismo alemán Kohl aseguró: "Queremos progresar en el desarme, aunque quiero recordar que no se trata de un objetivo en sí, pues el objetivo es el aumento de la seguridad".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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