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TRIBUNALES

Juzgado un musulmán español por repartir octavillas contra una procesión católica

La Sala Segunda de la Audiencia Territorial de Sevilla juzgó el pasado jueves al miembro de la comunidad musulmana de Granada, constituida como la Orden Sufl Darqawi, Omar Coca Domínguez, como presunto autor de un delito de los contenidos en el artículo 209 del Código Penal, referente a los delitos contra la libertad religiosa.Omar Coca, junto a cristianos de base y otros miembros de la comunidad musulmana, repartieron durante una procesión de Semana Santa de 1980 en Sevilla octavillas contrarias a la celebración, por lo que fueron detenidos por la policía.

Según el relato del propio Omar Coca, el reparto de octavillas en la madrugada del 4 de abril de 1980 fue realizado para creyéndonos amparados en la libertad de expresión, y dentro de los principios de igualdad religiosa plasmados en la flamante Constitución, expresar nuestro criterio sobre el significado de los desfiles de Semana Santa".

La comunidad musulmana de Granada está legalmente considerada como una confesión religiosa, con la misnia situación ante el Estado y la sociedad que la Iglesia católica, según los datos aportados por el propio Coca.

La crítica a las procesiones de Semana Santa, siempre según Coca, se concretó en el siguiente texto escrito en las octavillas: "Estos trajes son los trajes de la Inquisición. Estáis celebrando asesinatos en masa y a homicidas enmascarados. La Andalucía islámica fue una Andalucía libre, después vinieron los asesinos de punta. Esta procesión conmemora la Inquisición y sus márbidos signos de terrorismo y asesinatos en masa".

Coca insiste en que "de la lectura simple y superficial de las octavillas se deduce que éstas no se refieren en ningún momento a la Iglesia católica u otra confesión, ni a sus dogmas, ritos o ceremonias, si no a la Inquisión simple y llanamente, evidenciando una realidad.histórica, cual es que los trajes de los penitentes, la propia palabra lo dice, pertenecen históricamente y en su origen a los que obligatoriamente eran usados por las víctimas de los inquisidores en sus macabros autos de fe".

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