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Absuelta por miedo insuperable una mujer que mató a su marido

La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha absuelto a Esperanza Pérez Luján, de32 años,que fue procesada como parricida por matar a su marido, José Prieto Naranjo, el día en que éste salió dé prisión. Los hechos ocurrieron el día 3 de julio de 1985 en Valencia.La víctima había amenazado de muerte en varias ocasiones a Esperanza Pérez y estaba dispuesto a cumplir sus amerazas el día en que saliera de la cárcel. La esposa esperó al marido con una escopeta de postas, de la que tenía licencia y guía, y disparó sobre su marido cuando éste intentaba abrir la puerta del domicilio conyugal. José Prieto murió en el acto a consecuencia de las heridas. Según la sentencia, la procesada era "presa de un terror invencible estimulado por los recuerdos". Ello ha llevado a la aplicación de la eximente completa de miedo insuperable, y la consiguiente absolución. Esperanza Pérez Luján ha permanecido en prisión preventiva atenuada desde el mismo día de los hechos y ayer mismo debía quedar en libertad, según manifestó su abogado.

Durante la vista oral, celebrada el pasado lunes, el ministerio fiscal pidió 10 años de prisión mayor para la procesada, tras modificar su calificación provisional en la que solicitaba 22 años de reclusión mayor. El ministerno público estimó que debía aplicarse la eximente de miedo insuperable pero de forma incompleta. Por su parte, la defensa, A cargó del letrado Jesús Sancho-Tello, pidió la absolución al considerar que la eximente debía ser completa.

El tribunal señala en su resolución que para poder ser aplicado el, miedo insuperable "el mal temido debe ser mayor o igual al causado". Asimismo, según la Sala, "el miedo ha de haber sido provocado por estímulos reales, ciertos, conocidos e inminentes". Requisitos, que según el tribunal, se aprecian en esta causa.Varios testigos a firmaron durante el juicio que la procesada había sufrido malos tratos de su marido en diferentes ocasiones desde la boda, celebrada en diciembre de 1972. Algunas de estas agresiones, según los declarantes, fueron presenciadas por los tres hijos del matrimonio. Esperanza Pérez presentó varias denuncias por estos hechos, que no prosperaron y fueron archivadas. Durante el juicio oral, la procesada señaló: "Abrirle la puerta a mi marido significaba verme otra vez sometida a él" Según el tribunal, "la puerta era el único obstáculo que podía impedir que el esposo llevara a cabo las amenazas de muerte".

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