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Rumasa reclama a Ruiz-Mateos 3.239 millones que entregó como donativos y le embarga bienes por esa cuantía

Rumasa, SA, ha presentado demanda judicial contra José María Ruiz-Mateos y el resto de accionistas y administradores del holding, en reclamación de 3.239 millones de pesetas que el demandado otorgó como donativos entre los años 1973 y febrero de 1983. Rumasa ha obtenido del juzgado número 19, al que ha correspondido la demanda por reparto, el embargo de bienes de Ruiz-Mateos y resto de los demandados para cubrir el importe de la cifra reclamada, aunque la Juez Manuela Carmena, titular del juzgado citado, ha exigido a los demandantes fianza de 300 millones de pesetas para cubrir ;las responsabilidades que pudieran derivarse, fianza que será hoy presentada en el juzgado.La demanda supone una clara -aunque llamativa por lo tardía- escalada jurídica de la Administración contra José María Ruiz-Mateos. El ex presidente de Rumasa ha hecho correr ríos de tinta a propósito de los 1.000 millones de pesetas supuestamente entregados a Antonio Navalón y Luis Valls Taberner, presidente del Banco Popular, para "comprar voluntades" con las que arreglar los problemas de Rumasa. Abundante literatura han merecido también los donativos de cientos de millones otorgados por Ruiz-Mateos al Opus Dei y la universidad de Navarra. Los abogados del Estado atacan ahora al empresario por su retaguardia y en su punto débil: la contabilidad del antiguo holding.

Embargo de bienes

Por primera vez, la Administración muerde al conseguir el embargo de bienes del empresario, aunque es problemático que ello resulte en algo concreto: la propiedad más llamativa de José María Ruiz-Mateos, su casa de Somosaguas, está a nombre de su esposa, Teresa Rivero. Ayer no fue posible localizar al empresario jerezano.

La demanda de juicio declarativo de mayor cuantía, que fue presentada con fecha 21 de febrero pasado, va dirigida a título individual contra José María Ruiz-Mateos como presidente de Rumasa; Zoilo Ruiz-Mateos, vicepresidente; Rafael Ruiz-Mateos, Alberto Pérez-Luna, Luis Barón Mora-Figueroa y José María Recuero, como consejeros, e Isidoro Ruiz-Mateos, como secretario, y se hace extensiva a José Díaz Hidalgo y Manuel Sánchez Marín, como adjunto al presidente y director general, respectivamente.

Los demandantes señalan que José María Ruiz-Mateos dispuso en los 10 años citados de la cantidad de 3.239,4 millones de pesetas de Rumasa que contabilizó como "donativos". Concretamente, en 1981 efectuó 27 donativos por un importe de 652 millones, y 44 en 1982 por un importe de 1.571 millones de pesetas. El proceso se iniciaba con una orden verbal del propio Ruiz-Mateos a José Díaz, quien, por escrito, solicitaba el talón al director general de administración, Manuel Marín, con indicación de que debía contabilizarlo como "donativo" del presidente. Los talones, extendidos al portador, eran cobrados en ventanilla sin que Ruiz-Mateos firmara recibo ni justificante alguno.

La documentación aportada por Rumasa ante el juzgado número 19 señala que la disposición de esas cantidades no estaba justificada por los beneficios de la sociedad, ya que entre los años 1977 y 1982 Rumasa registró pérdidas por importe de 98.600 millones de pesetas. La auditoría de Arthur Andersen revela pérdidas anteriores a la expropiación del holding de 504.515 millones de pesetas.

En consecuencia, Rumasa, SA reclama a Ruiz-Mateos -como destinatario y beneficiario final de esas cantidades-, la devolución de esos donativos, así como las responsabilidades que procedan contra los administradores de lasociedad, por disposición gratuita de fondos.

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