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Un llamamiento contra la utopía abre el congreso del PRI en México

El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Jorge de la Vega, en su discurso inaugural ante la 13ª asamblea nacional del partido, que gobierna en México desde hace 58 años, se pronunció contra "planteamientos utópicos que distraen, a veces confunden y, por lo mismo, entorpecen la capacidad de modificar la realidad".

El dirigente nacional del PRI hizo un discurso plagado de los tópicos del lenguaje del poder institucional en México. A duras penas se rastrea entre líneas una negativa a los experimentos y un llamamiento a la unidad, que parece dirigido a los que desde las filas del PRI tratan de lograr una mayor democratización y transparencia en las decisiones. De la Vega advirtió: "Somos miembros de una gran organización política, estamos obligados a mantener cohesión y congruencia".La ceremonia inaugural de la 13ª Asamblea nacional del PRI, en la tarde del lunes, fue desangelada y fría y duró sólo dos horas. A la puerta estaban, de plantón, seguidores que portaban pancartas y gorritas de cartón para protegerse del sol. En la sala del auditorio nacional de la capital mexicana había un gran retrato del presidente mexicano, Miguel de la Madrid. Del techo colgaban tres trozos de tela con los colores y nombres de los tres sectores que forman el PRI: el verde campesino, el rojo obrero y el amarillo popular.

Hubo una orgía de abrazos y saludos entre los dirigentes Fue toda una exhibición de cohesión y congruencia, aunque la procesión y la grilla (luchas internas) vayan por dentro en la pugna por conseguir situarse cara a la próxima. sucesión presidencial y el destape del candi dato del PRI, es decir, el futuro presidente de México.

El ariete democratizador

Junto a De la Vega se sentó el, patriarca del sindicalismo mexicano, Fidel Velázquez, de 87 años, que fue el único dirigente que se llevó un aplauso ligeramente superior al resto. El ariete de la llamada corriente democratizadora, Porfirio Muñoz Ledo, estaba sentado en primera fila de la presidencia por su condición de ex presidente nacional del PRI. Muñoz abrazó a De la Vega cuando el actual presidente priista llegó al podio, pero no aplaudió su discurso. Ni el locutor que presentaba la ceremonia ni De la Vega consiguieron la más mínima expresión de entusiasmo por parte de los 3.000 delegados a la asamblea, que daban la sensación de cumplir con un ritual obligado. Sólo hubo aplausos de cortesía y, de vez en cuando, surgía del público alguna porra (grupo de gente que grita a coro), que lanzaban, con resonancias futboleras del pasado Mundial, sus "a la bi, a la ba, a la bim-bom-ba, Chiapas, Chiapas, y nadie más". Aparte de estas explosiones entre futboleras y políticas, la nota de color en la aburrida ceremonia la puso el discurso del veterano general Alfonso Corona del Rosal, que, por su condición de ex presidente vivo más antiguo del PRI, hizo un llamamiento a la unidad, para no. entregarse al imperialismo.El ex presidente del PRI se preguntó: "¿Qué sería de nuestra patria si perdemos la unidad? ¿A dónde iríamos?. Al caos, al desorden. A no cumplir programas como el del PRI, que es en beneficio del pueblo. Iríamos a unirnos a un imperialismo, estando nosotros doblados de rodillas. Y México quiere seguir siendo libre, sin someterse a nadie, siguiendo su línea, su historia, su trayectoria".

Corona hizo también un canto a la institución presidencial. "Es básica para nuestra vida nacional", dijo el veterano militar. "Es el poder que aglutina a los mexicanos. Es el que concilia intereses, que orienta y tiene poder y autoridad para hacerlo".

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