Los farmacéuticos piden al Ministerio del Interior "medios para repeler los atracos y agresiones"

El Colegio de Farmacéuticos de Madrid pidió al Ministerio del Interior que los farmacéuticos y sus empleados "puedan repelar con medios adecuados y proporcionados los atracos y agresiones" de que son objeto. Otra petición es la modificación del Código Penal, con mayores castigos para los reincidentes en atracos. La totalidad de las farmacias de Madrid y Guadalajara secundó la huelga de ayer, para protestar por el asesinato del farmacéutico Agustín Braulio. Alrededor de 3.000 propietarios y auxiliares de farmacia de la región se manifestaron ayer en Madrid.

Una, representación del Colegio de Farmacéuticos entregó ayer un documento al Ministerio del Interior en el que solicita que se incluya a las farmacias en un apartado especial dentro del Plan General de Seguridad Ciudadana y que se dote a los titulares y auxiliares de medios para repeler los atracos y agresiones.Sobre esto último, Pedro Gómez de Agüero, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, dijo textualmente: "Que se tome en consideración la urgente necesidad de que los farmacéuticos y empleados de oficinas de farmacia puedan repeler con medios adecuados y proporcionados los atracos y agresiones, dotándoles de cuantos medios necesarios y autorizaciones fueran precisos".

Asimismo pretenden la modificación del Código Penal, con un agravamiento de las penas para los reincidentes y para los que utilicen armas de fuego o intimidatorias.

Huelga total

Una representación del sector se entrevistó con un miembro de la Secretaría de Estado para la Seguridad. Gómez Agüero, presidente del colegio, calificó de "altamente positiva" la reunión. Entre otras cosas, transmitió la promesa de las autoridades de dar respuesta al documento en el plazo de 15 días.

La totalidad de las farmacias de la región, así como las de la provincia de Guadalajara, secundaron ayer la huelga convocada por el Colegio de Farmacéuticos de Madrid, según un portavoz de esta organización.

A mediodía se celebró un funeral en un clima de serenidad y con el templo abarrotado de compañeros de la víctima. Asistió su viuda, así como la delegada del Gobierno en Madrid, Ana Tutor, y el subdirector general de Farmacia y Medicamentos, Julián Sánchez Sobrino. En la homilía, el celebrante destacó el carácter de "hombre fundamentalmente bueno" del farmacéutico asesinado, y señaló que "la rabia debe ser superada por la piedad y el amor".

Tras el funeral, unas 3.000 personas iniciaron una manifestación hasta la sede del Ministerio del Interior. A la cabeza marchaban los miembros de la junta de gobierno del Colegio de Madrid y del Consejo General de Farmacéuticos, tras una pancarta con la leyenda: Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Protección y seguridad para las farmacias.

Otra pancarta, llevada por un farmacéutico y su familia, decía: Queremos la ley de antes,de vagos y maleantes. Al final de la manifestación, que transcurrió sin incidentes, un auxiliar de farmacia manifestó a este periódico: "Los auxiliares somos los que pagamos el pato, porque ellos [se refería a los farmacéuticos] están mucho menos que nosotros en los locales. Y nunca se habla de nuestros problemas".