No dobIar
¿Acaso en las oposiciones a cartero exigen, además de los tópicos temas de geografía micropuntual, técnicas de karate, concentración dígito-cervical, papiroflexia y turgencia muscular?¿Qué puedo pensar si no de un señor cartero que, en un acto de confirmación de sus habilidades papiroflexiles, dobló una revista de casi dos centímetros de grosor, logrando introducirla a continuación en el buzón, de tal manera que hubo que llamar al servicio de bomberos para extraerla de su singular ubicación?
Me lo imagino utilizando sus poderosas extremidades anteriores y posteriores, caninos y molares incluidos, así como otros sutiles instrumentos de lucha contra la palabra impresa, además de toda esa parafernalia de gruñidos, gritos y aspavientos que exige un doblado perfecto.
Todo para conseguir someter a una revista y adaptarla a la geométrica configuración del buzón. Me recuerda un poco a la escuela y otro poco a la vida.
¿El resultado? Pueden imaginárselo. Un ejemplar en tan lamentable estado que no sé si leer o colocárselo en la puerta de su casa al señor cartero con las palabras no doblar, de tal forma que tropiece con ellas. (Gervasio: puedes mandarme ya el sofá. El cartero lo mete por debajo de la puerta.)-