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El fracaso de las negociaciones endurece la huelga de los ferrocarriles franceses

Miles de familias que salen de vacaciones de Navidad y de trabajadores emigrantes que regresan a pasar las fiestas a sus países de origen, entre ellos muchos españoles, se encuentran bloqueados en las estaciones, durmiendo sobre bancos o, en el mejor de los casos, en tiendas de campaña y en los vagones de los trenes, por culpa de la huelga de los ferrocarriles franceses, iniciada el pasado fin de semana y endurecida ahora por el fracaso de las negociaciones mantenidas en la noche del lunes.

Esta situación se ha visto agravada por la huelga del metro de París, que ha provocado importantes embotellamientos en las calles de la ciudad. La coincidencia de los dos movimientos, inesperados e impopulares, coloca al Gobierno conservador de Jacques Chirac ante la mayor crisis social que ha conocido desde su llegada al poder en marzo pasado y en momentos de debilidad como consecuencia de su derrota frente al movimiento estudiantil.Alrededor de las dos de la madrugada de ayer, los representantes de la dirección de los ferrocarriles y los representantes de los sindicatos mayoritarios entre los ferroviarios se separaron, después de más de seis horas de negociaciones, sin haber logrado ningún acuerdo.

Los representantes de los sindicatos rechazaron el plan de la dirección alegando que "son insuficientes las propuestas salariales presentadas por la empresa, que se niega a discutir un nuevo esquema de salarios, así como a revisar las condiciones de trabajo". El Gobierno no puede por su parte responder positivamente a las demandas de aumentos salariales sin violar la política restrictiva que predica.

Según el portavoz del Gobierno y ministro delegado del Presupuesto, Alain Juppe, en este conflicto "está en juego la política de reajuste de la economía". Ceder en la reivindicación salarial tendría, según él, repercusiones negativas sobre la inflación, el franco, el comercio exterior y el empleo.

Estaba previsto que los sindicatos llamasen ayer a la reanudación laboral, pero, tras el fracaso de la negociación, se hace difícil, según la opinión de los observadores, una rápida vuelta al trabajo y, por el contrario, se ha agudizado la tendencia a la huelga entre los trabajadores.

Durante el día de ayer, otros funcionarios de los ferrocarriles suspendieron sus tareas en solidaridad con los conductores y revisores, que iniciaron el paro.

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La casi totalidad de los trenes permanecieron ayer bloqueados en las estaciones. Entre ellos, todos los trenes con trayectos internacionales, incluido el Talgo hacia Madrid y Barcelona. Abarrotados los hoteles próximos, la mayoría de los viajeros durmieron en las estaciones en todo el país. En Lyón, la compañía ferroviaria instaló en la estación vagones de los TGV (trenes de gran velocidad) para que pudieran pasar la noche las personas que esperaban una solución al conflicto. En algunos casos se han registrado enfrentamientos verbales y hasta físicos entre los pasajeros que esperaban y los empleados de los ferrocarriles.

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