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Finaliza en Atenas la conmemoración de la Declaración de los Derechos de los Pueblos

ENVIADO ESPECIAL

El décimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos ha sido conmemorado en Atenas con múltiples actos que, inaugurados por el primer ministro griego, Andreas Papandreu, contaron con la participación de miembros de la Fundación Lelio Basso, de la Liga de los Derechos de los Pueblos -constituida en Barcelona en 1977- y de su tribunal internacional, continuador del Tribunal Russell, que condenó en su tiempo la actuación de Estados Unidos en Vietnam.

El socialista histórico italiano Lelio Basso, fallecido el año 1978, fue el inspirador de la fundación que llevaría su nombre. Se define como una institución de reflexión sobre la liberación y la justicia en el Tercer Mundo. La Liga es una organización que tiene una sección catalana e intenta extenderse al resto de España. Del Tribunal de los Derechos de los Pueblos son miembros el primer ministro griego, Andreas Papandreu, y el premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel.

En el documento final dado a conocer en Atenas se lamenta que EE UU no acate la resolución del Tribunal de La Haya que establece que Washington debe cesar su apoyo a la contra nicaragüense. Se reconoce que desde 1976 "el esfuerzo de emancipación humana que caracterizó la victoria de muchos movimientos de liberación ha sufrido duros embates o se ha debilitado chocando contra los mecanismos de dominación".

En el texto se afirma que "la soberanía nacional se ha revelado un obstáculo ilusorio contra una catástrofe como la de Chernobil", y que "la resistencia del pueblo afgano hace vacilar a la URSS". También se recoge la opinión de que "los científicos que denuncian la amenazante irracionalidad" de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), calificada de "sistema de guerra que tiende a la perfección".

Combatir la violencia

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La declaración señala que "las luchas de liberación" combaten un sistema caracterizado por la violencia. El premio Nobel de la Paz Pérez Esquivel llamó al hambre "bomba matapersonas que no destruye el entorno", y dijo que "el símbolo de la paz es una bella paloma", pero que "si un desheredado del planeta, se la come, esa sería la mejor contribución a la paz".En el debate El Norte de cara a los movimientos de liberación del Sur hubo un serio enfrentamiento entre el socialista francés Gilles Martinet y el socialista independiente británico Ralph Miliband. El primero fue partidario de una política dura con el "expansionismo de la Unión Soviética" para atraer a Moscú a la mesa de negociaciones. Miliband replicó que si la URSS no acepta negociar, "dicen que es testaruda, y si acepta, dicen que tiene miedo". Negó la existencia de un expansionismo soviético, no obstante condenar la intervenión en Afganistán. El profesor español Jordi Solé Tura actuó de moderador entre ambos ponentes.

Solé Tura afirmó en que es justo que los países víctimas del imperialismo reclamen su derecho a la autodeterminación. Pero, dijo, en el caso de los pueblos de España ello "significaría la amenaza de ruptura del actual marco estatal, la ruina del proceso democrático español".

Tony Benn, laborista británico de izquierdas, condenó la creación por parte de Londres de una zona de exclusión pesquera de 150 millas en torno a las islas Malvinas.

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