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El presidente del Gobierno no recibio a los jornaleros andaluces desplazados a Madrid

Los jornaleros andaluces desplazados ayer a Madrid no pudieron hablar con Felipe González. Tampoco consiguieron acercar su protesta al complejo de la Moncloa. Sólo una delegación llegó hasta Presidencia y abandonó las dependencias horas más tarde, negándose a entrevistarse con alguien que no fuera Felipe González. Los jornaleros vinieron a Madrid para pedir el indulto de Diego Cañamero, secretario general del SOC, condenado a un mes y un día de cárcel, que habrá de empezar a cumplir mañana, y de los centenares de trabajadores del campo procesados por la ocupación de fincas.

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El primer intento de llegar hasta el Palacio de la Moncloa fue cortado por "un hombre de tres estrellas de la Policía Nacional" -en expresión de Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda- que les advirtió que la fuerza pública. tenía órdenes de disolver cualquier manifestación. Eran las doce de la mañana y hacía tres horas que cinco autocares -cuatro procedentes dje Andalucía y uno de Madrid- habían llegado con cerca de 300 personas hasta la iglesia de Santo Tomás de Aquino, en la entrada de la Ciudad Universitaria.Al frente de los jornaleros venían Diamantino García, presidente del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), el propio Diego Cañamero, secretario general de esta organización, Juan Manuel Sánchez Gordillo, Juan Antonio Romero, secretario general de CC OO del campo, y representantes de la CNT y otras organizaciones sindicales y políticas. Entre estas últimas, Herri Batasuna, representada por Jon Idígoras y Txomin Ziluaga, y el Partido Comunista de Ignacio Gallego con su líder al frente. Marcelino Camacho, llegó hasta el templo hacia la una del medio día. USO difunió un comunicado pidiendo el indulto para Diego Cañamero. Y la COAG hizo pública una nota solicitando también medidas de gracia.

Apoyo a los campesinos

En la asamblea celebrada en el interior de la iglesia tomaron la palabra representantes de todas las organizaciones presentes y Jon Idígoras se dirigió en vasco a los jornaleros, traduciendo posteriormente sus propias palabras. Idígoras pidió un hueco en la lucha de los campesinos y ofreció el apoyo y ayuda de su organización a sus reivindicaciones. La asamblea aprobó la marcha en "fila india" hasta el Palacio de la Moncloa, distante algo más de un kilómetro.

Ya en la puerta del templo, Sánchez Gordillo comunicó la prohibición de la manifestación, y que el capitán de la Policía Nacional le había trasmitido que en Moncloa recibirían a una delegación de jornaleros". Tras una nueva asamblea, Sánchez Gordillo, Cañamero, Romero, Francisco Campos, de CC OO, y Ramón Rodríguez, de CNT, se dirigieron andando a Moncloa.

Un fuerte despliegue policial vigilaba discretamente los accesos al palacio. Tras salvar algunas dificultades -ni Sánchez Gordillo ni Campos llevaban sus carnés de identidad-, se les condujo a una salita anexa al edificio de control. Allí se les indicé que hacia las cinco de la tarde se les contestaría sobre su petición de ver al presidente. Posteriormente se informó a los jornaleros de la imposibilidad de que Felipe González les recibiera y que el director del departamento sociolaboral de Presidencia escucharía sus quejas.

La comisión de jornaleros abandonó el complejo negándose a hablar con alguien distinto al presidente. En una asamblea celebrada ayer se aprobó realizar hoy una manifestación ante el palacio de la Moncloa.

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