_
_
_
_
_

La crisis y los nacionalismos, principales 'sombras' ante el congreso comunista yugoslavo

El 13º Congreso de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia -segundo desde la muerte del presidente Tito, en 1980- se inaugura hoy en Belgrado. El proyecto de resolución reitera el no alineamiento del país, confirma el sistema de la autogestión marxista y subraya la seria situación de Yugoslavia debido a los nacionalistas de sus seis repúblicas federadas y a una crisis económica sin precedentes.

Más información
El ejército y las relaciones exteriores, puntos claves

El congreso exige también la urgente solución de la crisis de Kosovo, región autónoma yugoslava, fronteriza con Albania y habitada por un 80% de albaneses. Debido al fuerte índice de natalidad de éstos y a la depresión económica, que en Kosovo da una cifra de parados del 25%, la región se está vaciando de su minoría eslava.Ningún documento de los hasta ahora distribuidos toca el tema de la destitoización. Este congreso del partido único yugoslavo ha sido precedido de dos reuniones bien dispares, la de los ex combatientes partisanos y la de la Liga de la Juventud Socialista.

Mihajlo Svabic, presidente de los primeros, fue aplaudido estruendosamente las 12 veces que en su encendida alocución apeló a la unidad de Yugoslavia o invocó el nombre de Tito. En cambio, en el congreso de la Juventud Socialista algunos delegados osaron pedir que se ponga fin a las reminiscencias del culto a Tito. Otros plantearon la cuestión de los objetores de conciencia y pidieron un servicio civil para ellos.

Entre estos dos polos de vigencia de la revolución partisana y deseo de evolución pactada transita el país. Aunque 1986 no sea el año del cambio, no deja de ser éste el congreso del relevo generacional. Los partisanos se van en masa del escenario político. Toma la alternativa un relevo de tecnócratas y fieles funcionarios que no aspiran la aureola del heroísmo.

Preocupación económica

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

En los congresos anteriores a 1980, el periodista solía pasar de largo las páginas económicas del proyecto de resolución, para concentrarse en los temas internacionales. Ahora es al revés. A raíz de la muerte de Tito, sus sucesores no gustan tanto del protagonismo mundial que tanto gustaba al mariscal. Lo que priva es la preocupación económica y los conflictos nacionalistas, problemas que Tito dejó sin solucionar.Yugoslavia aparece como un país pendiente de hacer en aspectos fundamentales de mercado unido y comunidad federal de intereses. "La Liga de los Comunistas de Yugoslavia confirma su carácter panyugoslavo y su capacidad de lograr la confluencia marxista entre los intereses de clase y los de las diversas nacionalidades", se dice en el proyecto de resolución. Éste es el primer congreso en el que el comité central será elegido por, votación secreto, a partir de las listas de candidatos presentados por las seis repúblicas y dos regiones autónomas. Antes, todo se reducía a una rutinaria verificación y el visto bueno estaba garantizado.

Los 20.000 millones de dólares que Yugoslavia adeuda están acabando con la anterior prosperidad del país. La población yugoslava ha perdido en seis años más del 50% de su poder adquisitivo y la inflación ha subido en tres años del 39% al 105% previsible para 1986. El paro se sitúa en torno al 15%.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_