Coalición Popular vive un momento de "desconcierto" y desavenencias
EL PAÍS, Coalición Popular afrontará las elecciones legislativas de junio en "un momento de desconcierto", según admitió ayer un dirigente del democristiano Partido Demócrata Popular, que reconoció que las relaciones con Alianza Popular "no pasan precisamente por su mejor fase". La decisión gubernamental de adelantar las elecciones se produce cuando la coalición se encontraba en plena discusión interna acerca de la conveniencia o no de presentar una moción de censura contra el Ejecutivo socialista. La primera reacción oficial de los partidos de: la Coalición ha sido, en cualquier caso, la que venía siendo repetida a lo largo de las últimas semanas: "Estamos preparados para afrontar las elecciones en cualquier momento".
Manuel Fraga, Óscar Alzaga y José Antonio Segurado -los líderes de los tres partidos coligados- han evitado cuidadosamente, en los últimos días, expresar sus preferencias por las fechas de junio u octubre, limitándose a recalcar que Coalición Popular "está preparada" para la celebración de elecciones. Lo cierto es, sin embargo, que Fraga parecía volcado en Andalucía, iniciando una de sus campañas de infarto, y que la totafidad de la estrategia de Coalición Popular se orientaba a lograr "más de 30 escaños" en el Parlamento autónomo andaluz.
La redacción del programa electoral de la Coalición se realiza lentamente -aún no existe un borrador de este programa, pese a haberse creado y estar en funcionamiento diversos grupos de trabajo- y la confección de listas electorales conjuntas ni siquiera se ha abordado, tras haber concluido, no sin conflictos, la negociación de las candidaturas andaluzas.
Para colmo, el rriomento elegido por el presidente Felipe González no parece ser el mejor desde el punto de vista de la coordinación interna en la Coalición: los democristianos de Alzaga -que condenaron la intervención armada-de EE UU en Libia- no ocultan su disgusto ante la reacción que el ataque norteamericano suscitó en Fraga, quien aplaudió sin reservas la decisión del presidente Ronald Reagan.
Y éste no es sino el último capítulo en una larga serie de desavenencias que han hecho afirmar en privado a varios líderes del PDP que "la vigencia de la coalición acabará al día siguiente de las elecciones". Hasta entonces, Alzaga se considera ligado por el pacto que él mismo firmó el pasado mes de julio y que, según fuentes próximas al presidente del PDP, "no tiene la menor intención de romper".
En la actualidad, la Coalición Popular se encontraba inmersa en una nueva discusión interna acerca de la conveniencia o no de presentar una moción de censura. Mientras Fraga se mostraba decididamente partidario, los socios democristiano y liberal, Alzaga y Segurado, respectivamente, se habían pronunciado en contra de una moción que, en su opinión, tanto podría suponer un desgaste para el propio Fraga como para el Gobierno socialista. Esta opinión era compartida por los vicepresidentes Alfonso Osorio y Fernando Suárez y por el secretario general, Jorge Verstryrige. Estos tres últimos mantenían desde el VII Congreso de AP, celebrado en febrero, un enfrentamiento con el también vicepresidente Miguel Herrero de Miñón, partidario de la presentación de la moción. Estas diferencias se han incrementado con respecto de las últimas actuaciones parlamentarias de Herrero.
