Los misterios del organismo

Vista en la lejanía, la sede central del organismo autónomo RTVE parece un castillo; prado apenas queda a su alrededor, y levadizo propiamente dicho sólo hay el listón de la puerta que controla el paso de carruajes pero se adivina que dentro vive un rey y una corte que hace Milagros. De esa fortaleza protegida, por cuya posesión se libran a menudo combates casi tan cruentos como la guerra de guerrillas que sucede esporádica mente en sus pasillos, al espectador le llegan de cuando en cuando señales misteriosas, sellos cifrados que tienen todo el rango y la prez de las monarquías absolutas.El enigma reciente tiene que ver con Mujeres de Hollywood, la nueva serie de los martes. La actualidad rabiosa nos enseña que intentar sacudirse el yugo de los americanos es una empresa harto difícil, en la que numerosos padres de la patria, ante la imposibilidad de realizar el cambio, han tenido que optar por el cambiazo. Los responsables de TVE no se han visto forzados a .ese volte-face; la gente de la calle les. sigue en el clamor de que no hay nada como los dramones rancheros, sea a la hora del desayuno o de la siesta, y nada comparable a las películas yanquis, por la noche o al alba.

Pero hay criterios, digo yo. Y si los nombres de Aaron Spelling, responsable de Dinastía, y de la audaz novelista de aeropuertos Jackie Collins fueron señuelo suficiente para hacer picar a algún ejecutivo de compras, una vez vista la captura cabía el recurso de darle el tratamiento merecido. Lo qué se merece Mujeres de Hollywood por sus diálogos risibles, su interpretación desvaída y su chusca realización es el olvido, o quizá una emisión experimental de madrugada en versión original sin subtítulos como programa de enseñanza del inglés para adultos y personas formadas. Por el contrario, los señores del castillo han doblado la serie y la han programado en la primera cadena y a la mejor hora de los martes, día en que si siquiera hay un rival de tirón fuerte en la segunda.

Pero hay otro misterio en las ondas. Una de las mejores series dramáticas que yo recuerde, Y la vida continúa, meritoria coproducción de TVE con la RAI, recibió hace poco más de un año el tratamiento de choque que nuestro organismo dispensa a los productos difíciles; fue emitida los domingos por la tarde y en TVE-2, pasando, claro está, inadvertida. Ahora, en arrepentimiento público, se programa los lunes y en condiciones estelares; ¿no será esta vez demasiado pronta la penitencia?

Hay que recomendar, en cualquier caso, a los que no la vieron entonces esta serie en ocho capítulos de Dino Risi, escrita por el guionista habitual de Fellini, Bernardino Zapponi. Es un melodrama de mucho vuelo en el que la historia contemporánea de Italia aparece como un marco sutil y dialéctico en relación a las miserias íntimas de una familia milanesa en descomposición; sus intérpretes son excepcionales, destacando especialmente la vieja gloria Virna Lisi y el nuevo valor Vittorio Mezzogiorno.