No hay distinción entre estructura civil y estructura militar
ANDRÉS ORTEGA, El Tratado del Atlántico Norte no diferencia entre una estructura civil y una estructura militar de la OTAN. De hecho, hasta 1966, en que Francia se desenganchó de la estructura de mandos integrados de la OTAN, los manuales oficiales de la Alianza no hablaban de estructura civil y estructura. militar, sino solamente de la parte civil y de la parte militar.
La modificación del estatus francés vino a cambiar la situación. Y ahora los manuales hablan claramente de una estructura civil y de otra militar. Pero la diferencia no es fácil ni evidente.
El diferenciar entre estructura política y estructura militar integrada tiene algo más de lógica, la misma lógica que en un Estado nacional viene a diferenciar la cadena de mandos del resto. Pero, de nuevo, en la OTAN la clarificación, debido a Francia, no es directa.
Algunos de los comités que están en la llamada estructura civil están ahí porque a Francia le interesa participar en ellos. Éste es el caso, por ejemplo, de parte de la defensa aérea (el Nadge o infraestructura terrestre de la defensa aérea de la OTAN) o el comité de altos responsables de la logística (que depende, a la vez, de las llamadas estructuras civil y militar).
El Consejo máxima autoridad
La más alta autoridad política de la OTAN es el Consejo del Atlántico Norte (formado por los ministros de Asuntos Exteriores de los 16 países miembros, o sus embajadores en la sede de la Alianza, aunque también pueden añadirse otros ministros o reunirse a nivel de jefes de Estado y de Gobierno).
Por debajo hay toda una serie de comités y de subgrupos de lo que se viene en llamar la estructura civil o política de la OTAN, que se apoya para sus labores en la Secretaría Internacional, encabezada por su secretario general; en este caso, lord Carrington.
El Comité de Planes de Defensa (CPD), que se reúne a nivel de embajadores y de ministros de Defensa, y en el que Francia no participa, es también estructura civil. Es el órgano político encargado de sancionar la estrategia militar general, los objetivos de fuerzas y otras materias.
En principio, su definición respondía a la idea de que en él participaban los países que pertenecen a la estructura militar integrada. Pero España es una excepción y seguirá siéndolo si, como parece, permanece en este órgano.
El CPD ha reemplazado al antiguo Comité de Defensa, y es el órgano de coordinación y decisión de la estructura de la defensa integrada. Los mismos países que participan en el CPD participan en el Grupo de Planes Nucleares (GPN), creado en 1967 para debatir los problemas generales de la estrategia nuclear de la OTAN y sus medios.
Según los manuales, el GPN es también estructura civil, y España es miembro pleno de él, aunque se inventara el estatuto de observador para sus reuniones, que se celebran, cada seis meses, a nivel de ministros de Defensa. En estos casos, España está representada por el embajador en la OTAN; actualmente, Jaime Ojeda. Francia tampoco participa en el GPN.
En el GPN España, recibe información detallada sobre las armas nucleares de la OTAN, aunque los planes operativos se elaboran en el seno de la estructura militar integrada. El propio Ojeda ha reconocido que España no recibe información sobre la existencia o no de armas nucleares en Gibraltar, ya que el Reino Unido no comparte este tipo de información con sus aliados.
En el GPN se examinan posibles escenarios de uso del arma nuclear, se debaten -con información norteamericana- los avances soviéticos y el curso de las negociaciones de desarme.
España también participa en el Grupo Especial de Consultas (SCG, según sus siglas en inglés) y en el Grupo de Alto Nivel (HLG), encargados de seguir las negociaciones sobre armas, nucleares en Europa y sus aspectos técnicos. Nada impide que España siga permaneciendo en estos foros.
Ya estrictamente en la estructura militar -según el manual de la OTAN editado después de 1966, tras la salida de Francia- está el Comité Militar, en el que aparentemente permanecería España si se queda en la OTAN.
El Comité Militar es "la más alta autoridad militar de la OTAN", y está formado por los jefes de los Estados Mayores de los países países miembros (Francia exceptuada, aunque asiste a menudo como observadora) o sus representantes permanentes en la sede de la Alianza en Bruselas.
En tiempo de paz, la función del Comité Militar es asesorar, planificar y orientar al CPD y/o al Consejo del Atlántico Norte. Elabora la doctrina (que, como en el caso de la doctrina de la respuesta flexible, lleva sus iniciales: MC 14/3, o documento del Comité Militar número 14/3), que ha de ser sometida a ratificación ministerial, supervisa los planes operativos en sus líneas generales, hace propuestas, etcétera. Indudablemente, estar en el Comité Militar es tener acceso a una rica información.
Del Comité Militar dependen, en el sentido de responsabilidad, los mandos internacionales integrados, de la OTAN que elaboran los planes operativos de defensa de sus respectivas regiones.
Pero el Comité Militar no es estructura militar integrada, pues de hecho no manda sobre fuerzas. Un país que quiera dejar de asignar una unidad a la OTAN lo comunica directamente a los mandos integrados, sin tener que pasar, teóricamente, por el Comité Militar. Del Comité Militar dependen también una serie de agencias especializadas.
El Comité Militar se apoya, para su trabajo, en el Estado Mayor Internacional, formado por unos 150 jefes y oficiales. No hay ningún español trabajando actualmente, aseguran fuentes atlantistas, en este Estado Mayor Internacional, aunque con la fórmula planteada por el Gobierno español nada lo impediría en el futuro.
Es en el seno del Comité Militar, y de otros foros, donde España ha suscrito en más de una ocasión la doctrina militar de la OTAN -actualmente de respuesta flexible- y otros documentos puramente militares de la Alianza. Pero cabe recordar que ésta es una alianza militar y que, por tanto, no es un ateneo de discusión cultural.
Tampoco queda muy claro si las obras de infraestructura en común de la OTAN son estructura Militar o estructura civil. Francia participa en parte de ellas. España, no. O todavía no, pues el tema está siendo objeto de estudio.
Éstas son obras financiadas colectivamente por la Alianza; últimamente destinadas sobre todo a la defensa aérea y a la protección de aeropuertos y pistas, así como la creación de refugios. Esta sección, dedicada a la protección, tiene un presupuesto, para el período 1985-1991, de 7.750 millones de dólares (más de 1,1 billones de pesetas), de los cuales EE UU aporta un 27,5%; la RFA, un 26,5%, y el Reino Unido, un 12,7%.
La participación francesa es pequeña y dedicada sobre todo a los oleoductos de la OTAN, que pasan por territorio francés. En 1966, Francia se retiró del programa de infraestructuras, pero posteriormente, en 1975, volvió a él.
Ello hace que el programa de infraestructuras requiera una doble aprobación, primero en el Comité de Planes de Defensa, y luego, para el visto bueno francés, en el Consejo Atlántico.
Estas obras, sin embargo, cuestan también dinero al país anfitrión, que tiene que aportar parte de los fondos para los proyectos sobre su territorio (aunque países como Portugal o Grecia reciben un beneficio neto). E implica también en parte una cesión de soberanía, pues los países que cofinancian un proyecto específico -por ejemplo de una terminal de combustible en un puerto- tienen derecho a usarlo.
Ésto no ha dejado de causar problemas, por ejemplo con Grecia, que no comparte esta interpretación. Cabe destacar también que no existe, salvo escasa excepción, eso que se viene en llamar bases OTAN. Son todas bases nacionales, aunque con fuerzas y dispositivos de los que se puede beneficiar la Alianza.
Logísticas nacionales
Para comprender lo que es la estructura militar integrada, hay que comprender cuál es el proceso de planificación militar en la Alianza. Hay- que destacar que las cuestiones de logística -por muy absurdo que pueda parecer en una Alianza que tiene fuerzas integradas- son estrictamente competencia nacional, aunque se coordinan principalmente a través del Comité de Altos Responsables de la Logística, en el que España participa ya.
Cada año los países que participan en el CPD -España exceptuada- rellenan un cuestionario, llamado informe anual nacional, sobre el estado de sus fuerzas, no necesariamente todas, pero sí al menos sobre las que ese país asigna a la OTAN. La OTAN no obliga a ningún país a someter los planes de defensa a la Alianza. EE UU no lo hace, por ejemplo. Grecia y Turquía, enfrentadas, evidentemente tampoco.
Cada año, la OTAN -es decir, el CPD- fija los planes de fuerzas para los cinco años siguientes. Pero sólo resulta vinculante, para cada país, lo establecido para el primer año, que es lo que se llama objetivo de fuerzas.
Los planes de fuerzas deben servir de base para los planes nacionales, aunque no siempre éste es el caso, pues los países suelen planificar a más largo plazo, razón por la cual la OTAN está estudiando una planificación a mayor término. El marco conceptual militar que está siendo elaborado -tras una primera versión- contempla un planificación de la defensa a 15 o 20 años vista.
Al fijar estos planes de fuerzas se discuten, asimismo, las líneas maestras de las misiones que desempeñarán las fuerzas asignadas a la OTAN. Pero los planes de eventuales operaciones militares -los planes operativos o contigency plans- se elaboran en los cuarteles generales de los mandos integrados; en este sentido, permanecer en el CPD no implica "conocer los planes de defensa de los aliados", como han dicho reiteradamente diversas autoridades españolas.
Francia mantiene misiones militares de enlace en los principales mandos de la OTAN, y así, a través de acuerdos entre los estados mayores franceses y los de la OTAN, se lleva a cabo una planificación militar en común. De ahí que, hablando de España, fuentes de la OTAN digan que "teóricamente esta planificación se puede hacer fuera de la estructura de mandos".
En tiempo de paz, la OTAN es sólo un gran plan. Las fuerzas que los países asignan a la OTAN permanecen en tiempo de paz bajo mando nacional. Los mandos integrados sólo se activan después de la decisión política de decretar el estado de alerta general. Y, en cualquier momento, cualquier país puede designar tropas que había asignado previamente a la OTAN. Esto ocurrió, por ejemplo, con buen número de unidades británicas durante la guerra de las Malvinas.
En tiempo de paz permanecen las estructuras de los mandos internacionales con sus estados mayores. Pero sin tropas. En este sentido, son mandos eventuales. Las fuerzas multinacionales que existen, la del Atlántico, la del Mediterráneo o la fuerza móvil aliada, no tienen carácter de integración permanente.
La fuerza de detección avanzada por aviones en vuelo (NAEW) -llevada a cabo por los radares volantes AWACS- es la única fuerza operativa multinacional integrada y permanente de la OTAN.
Aparte de las fuerzas multinacionales, hay países que tienen instaladas permanentemente fuerzas en territorios de otros aliados -principalmente en la RFA, pero no sólo allí- y asignadas a los mandos de la OTAN en caso de conflicto.
En esta situación están EE UU, Canadá, el Reino Unido, Bélgica y Holanda. Otros países, como, por ejemplo, Portugal e Italia, tienen unidades en sus territorios asignadas para entrar en acción, bajo mando OTAN, en otro país. Este es el caso de Portugal, con una brigada que sería transportada al norte de Italia en caso de crisis. Pero hay países cuyas fuerzas no tienen misiones asignadas fuera de su territorio, como Dinamarca.
Existen tres mandos principales en la OTAN: el Atlántico (Aclant), el Europeo (ACE) y el del Canal de la Mancha (Aachen). EE UU y Canadá tienen, por su parte, un grupo de planificación regional. La jurisdicción del ACE, es decir, su planificación, cubre los territorios de Dinamarca, Noruega, RFA, Benelux, Italia, Grecia, Turquía y el, mar Mediterráneo. Son los territorios que constituyen la vanguardia en caso de conflicto.
ACE está subdidivido en tres zonas o regiones, con cuatro mandos subordinados: Afcent (para el frente central), Afnorth (para el flanco sur) y Afnorth (para el flanco norte). Todos cuentan con diversos submandos. Además, existe el mando Ukair, para las fuerzas aéreas del Reino Unido.
'Arco de vanguardia'
Detrás de este arco de vanguardia se sitúan otros países, cuyo territorio, dadas las misiones que van a desempeñar, no depende de ningún mando de la OTAN. Son lo que se viene a llamar (aunque la OTAN no reconoce tal denominación) territorios exentos de mando: Portugal continental, el Reino Unido, Francia (antes de 1966), EE UU (ningún mando OTAN planea la defensa de su territorio) y Canadá.
Esta relación podría llevar a la conclusión de que, en cualquier caso, España no tendría por qué depender de ACE (ni, por tanto, ser considerada parte de la región sur ni del flanco sur).
Esto en cuanto se refiere al territorio. Las fuerzas navales plantean un problema, aunque se puede solucionar, al estilo francés, por medio de acuerdos bilaterales.
El mayor problema lo plantea, sin embargo, la defensa aérea, pues en caso de conflicto tendría que reaccionar en cuestión de minutos. Pero de nuevo, parte de la defensa aérea está dentro de lo que se llama la estructura civil.
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