Estados Unidos celebra hoy por primera vez el día de Martin Luther King
Estados Unidos celebra hoy por primera vez, como fiesta oficial, el día de Martin Luther King, el dirigente negro convertido en héroe nacional y que consiguió con una política de protesta no violenta los derechos civiles para su raza, que legal y políticamente ha alcanzado todos sus derechos y no es oficialmente discriminada pero a la que económicamente sigue separando de los blancos un enorme foso. "Mi padre tuvo un sueño magnífico, pero aún es sólo un sueño", acaba de reconocer la hija del pastor baptista, asesinado hace 18 años en Memphis (Tennessee).
Mientras tanto, el presidente Ronald Reagan, que se opuso en 1964 a la legislación de los derechos civiles y a que Luther King fuera recordado con una fiesta federal, trata de vincularse hoy a la filosofía de la gran promesa americana del reverendo. Pero el presidente no estará hoy en la magna celebración de Atlanta, lugar de nacimiento de King, donde el líder más visible de la minoría negra, Jesse Jackson, ha calificado a Reagan de hipócrita.Los negros norteamericanos aparecen optimistas ante el futuro, satisfechos con los avances que algunos han logrado pero irritados por la falta de progreso para muchos y convencidos de que la discriminación racial todavía existe en Estados Unidos, según los resultados de un sondeo nacional publicado ayer por el diario The Washington Post.
El país lleva siete días inmerso en un revival de Martin Luther King y su famoso discurso -pronunciado ante un cuarto de millón de personas en agosto de 1963, ante el mausoleo de Lincoln en Washington, en el que dijo: "Yo tengo un sueño: que a mis hijos un día no se les juzgará por el color de su piel y esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: que todos los hombres son iguales"- será retransmitido hoy de nuevo por radio y televisión. Marchas con antorchas recorrerán varias ciudades del país entonando el We shall overcome (Venceremos), himno del movimiento de los derechos civiles. Un busto en bronce de King, el primero de un hombre de color en tal lugar, ha sido descubierto en la rotonda del Capitolio, junto a los padres blancos de la patria, como George Washington o Thomas Jefferson. Un gigantesco concierto televisado cerrará esta noche en Washington las celebraciones, reuniendo a Diana Ross, Bob Dylan y Steve Wonder. El Ku Klux Klan también ha celebrado el recuerdo de King con manifestaciones en contra de los derechos civiles en varias localidades del sur.
Living the dream (Viviendo el sueño) es el eslogan oficial de la conmemoración nacional, que paradójicamente se celebra cuando la Casa Blanca debate el desmantelamiento de la acción afirmativa, un sistema para ayudar en el empleo a las minorías diseñado por Lyndon Johnson en 1965 y una de las piezas importantes en la legislación de los derechos civiles.
Para algunos críticos es fácil honrar a King y presentarlo sólo como un visionario y no un disidente muy pragmático contra el statu quo. "Su memoria está siendo distorsionada como la de un soñador no amenazante", ha denunciado Jesse Jackson desde el púlpito de la iglesia baptista de Ebenezer, de Atlanta, desde el que predicaba Luther King todos los domingos. "El doctor King no fue asesinado por soñar", afirmó el ex aspirante a la candidatura presidencial demócrata en 1984.
Reagan, por el que sólo votó el 10% de la población negra en 1984, ha mejorado, sin embargo, su bajo índice de popularidad entre esta minoría y ha querido aprovechar políticamente la oportunidad de la celebración. La pasada semana visitó una escuela negra llamada Martin Luther King, en Washington, y recibió en la Casa Blanca a la viuda del líder negro, Coretta, que ha criticado la política de derechos civiles de esta Administración. Aunque recientemente un polémico sondeo de The New York Times daba un 56% de aprobación hacia la política del presidente por parte de los negros, algo que desconcertó a los observadores pero que puede explicarse por la bonanza económica y el aumento del empleo, que benefician a esta minoría, una nueva encuesta más amplia revelaba el sábado que dos de cada tres negros desaprueban la política del presidente y el 56% cree que "Ronald Reagan es un racista".
Es cierto que ya no existe el problema negro como tal en Estados Unidos y la cuestión racial ya no es polémica, no hay movimientos serios que exigen un poder negro o reclaman la violencia y ya casi son sólo un recuerdo los disturbios de los años sesenta, en los que barrios enteros de Los Ángeles o Washington fueron quemados en desórdenes raciales. Pero no ha transcurrido tanto tiempo; hace sólo 22 años que se lograba la aprobación de la ley de derechos civiles, y hasta 1965 los negros no podían votar. Las escuelas hoy están integradas y en algunos puntos los autobuses transportan a niños negros a colegios situados en áreas de población predominantemente blanca, y viceversa. Uno de estos muchachos no conseguiría entender que sólo en 1957 el presidente Eisenhower tuvo que enviar al Ejército a un colegio de Little Rock, en Arkansas, para imponer el cumplimiento de la ley que prohibía la segregación.
Un negro, vicegobernador
Un negro, en un hecho sin precedentes, acaba de ser elegido vicegobernador del Estado históricamente sudista de Virginia; 20 congresistas son de raza negra, así como los alcaldes de Nueva Orleans, Birmingham (Alabama) y Atlanta. Este último, Andrew Young, que fue embajador de Jimmy Carter en la ONU, admite que en el sur los hombres de su raza han roto casi todas las barreras políticas. Sin embargo, las elecciones de 1984 fueron una frustración para los negros, que se registraron en masa y votaron más que nunca por el candidato demócrata Walter Mondale, que sólo ganó en un Estado. Todavía no hay consenso sobre si la candidatura de Jesse Jackson fue positiva o contribuyó a frustrar a la comunidad negra.Aunque existe una élite y una clase media negras, más del 50% de esta minoría vive en la pobreza, en sus márgenes o en la estricta miseria y dependiente de unos programas sociales cada vez más reducidos. El índice del paro entre los negros es de un 15%, y son también mucho menores sus posibilidades de concluir sus estudios en la escuela, ingresar en la universidad o lograr un buen empleo, así como sus expectativas de vida.
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