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El Vaticano califica de "hipótesis prematura" una eventual entrevista del Papa y Gorbachov

Juan Arias

Los diarios italianos Il Manifesto e ll Mattino publicaron ayer la noticia de que Juan Pablo II se va a reunir con el máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, la primavera próxima. La información fue desmentida ayer como "hipótesis prematura y, por tanto, privada de fundamento" por el portavoz vaticano Joaquín Navarro Valls. El portavoz, periodista español, precisó que aún no es oficial que Gorbachov llegará a Roma en el próximo mes de marzo.Il Manifesto dio ayer por seguro el encuentro, tras haber recogido informaciones en Ginebra durante las entrevista entre Gorbachov y el presidente norteamericano, Ronald Reagan. Según esas noticias, diplomáticos soviéticos habían afirmado: "Y después de Reagan, el Papa".

El hecho de que en estos días el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética haya comunicado al presidente del Gobierno italiano, Bettino Craxi, su intención de viajar a Roma a principios de la primavera ha hecho incluso pensar en ambientes diplomáticos de la capital que el verdadero motivo de la visita sea precisamente la posibilidad de encontrarse con el papa Wojtyla. Consultados tanto los ambientes oficiosos vaticanos como Botteghe Oscure -sede comunista-, sobre todo algunos dirigentes católicos de este partido confirmaron ayer que si Gorbachov va a Roma no hay duda de que se reunirá con el Papa polaco. Un encuentro histórico porque sería la primera vez que un líder soviético se ve cara a cara con un Papa.

Y además se trataría de una entrevista que hoy interesa, en el plano de la imagen, tanto a Gorbachov -que ampliaría así su nuevo curso de distensión y de voluntad de diálogo- como al papa Wojtyla, cuyo sueño es poder entrar en la Unión Soviética, por lo menos en Lituania. Además, ayer se rumoreaba en ambientes comunistas de la capital que probablemente Gorbachov intenta adelantarse a China en su invitación para que el Papa visite la URSS. Y esto porque se ha corrido la noticia de que existen ya contactos muy favorables para un viaje de Juan Pablo II a Pekín. Al mismo tiempo, se da ya casi por seguro un encuentro, antes del verano próximo, del papa Wojtyla con Fidel Castro, en Roma o en La Habana. Lo han confirmado entre dientes los obispos cubanos presentes en Roma para el sínodo.

El único problema para este encuentro es que en la rígida diplomacia de la Santa Sede no existe la posibilidad de que el Papa invite a un jefe de Estado; tiene que ser este último, presente en Roma, quien pida una audiencia. En el caso de Gorbachov, sin embargo, tiene que estar antes muy seguro de que su petición será "bien acogida" en el Vaticano.

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