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ARAGÓN

El plan para ampliar el embalse de Yesa, criticado por tres alcaldes de la zona

Los alcaldes de tres pueblos zaragozanos -que suman 430 habitantes-, máximos afectados por el aumento de la capacidad del pantano de Yesa, que regará tierras de Aragón y Navarra, han hecho público un escrito en el que censuran el escaso tiempo que se les da para presentar alegaciones al proyecto y la falta de información sobre las indemnizaciones, las condiciones de expropiación y el inicio de las obras.

El pasado día 8 de noviembre, en los Ayuntamientos de los tres municipios se recibió "una escueta nota-anuncio", en la que se les informaba que el proyecto de recrecimiento de la presa de Yesa sobre el río Aragón permanecerá en información pública hasta el 31 de diciembre. Alfredo Solano (PSOE), alcalde de Artieda; Carlos Pérez, de Mianos (Partido Aragonés Regionalista), y Daniel Salinas, de Sigüés (PAR), señalan en su escrito que no entienden "cómo estos señores de la Confederación Hidrográfica del Ebro pretenden que los centenares de afectados por el nuevo pantano -con la enorme cantidad de errores que existen en la titularidad de las parcelas afectadas, con la desaparición bajo las aguas de todo el pueblo de Sigüés, con el brutal impacto que supone esta obra para la propia subsistencia de los pueblos- presenten reclamaciones en el plazo de mes y medio a una obra que, en 1982, ascendía a 16.000 millones de pesetas".Los alcaldes manifiestan que "la magnitud del nuevo embalse es desproporcionada para las necesidades reales de agua para regar y para la correcta regulación de caudales". Recuerdan la existencia de otros proyectos como la construcción de embalses pequeños en los afluentes del río Aragón, o recrecer Yesa hasta la cota 510 (el actual proyecto la fija en la 521) con sólo 3.740 hectáreas inundadas. Añaden que el embalse inundará, según el actual proyecto, 4.804 hectáreas de tierra, "de mucha mejor calidad que la que se pretende regar en la ribera", y que las huertas de los tres pueblos afectados "estaban llamadas en otro tiempo a ser la despensa de Aragón, y hoy simplemente son barro, muerte y fondo de pantano".

Los alcaldes señalan: "Estamos viendo cómo el pantano se nos viene encima, pero seguimos sin saber en qué condiciones. Ignoramos qué se pretende pagar como indemnizaciones, cuáles serán las compensaciones que pretende otorgar o negociar el Gobierno autónomo e incluso no sabemos cuándo van a empezar las obras de las carreteras o de la presa".

El escrito añade: "Queremos hechos concretos. Si las reclamaciones al recrecimiento terminan el 31 de diciembre, también queremos que las compensaciones lleven la misma rapidez". Reivindican apoyo para instalar un nuevo aserradero con 12 puestos de trabajo, medidas favorables para rehabilitar casas en ruina, instalaciones de nuevos campings, estudio del lugar donde se ubicará el nuevo Sigüés, la puesta en marcha de regadíos y el control turístico del pantano por los pueblos afectados. El Ejecutivo autónomo sostiene que los municipios afectados fueron convenientemente informados. La Confederación Hidrográfica del Ebro asegura que la inundación de las tierras afectadas es precisa para aumentar la capacidad del embalse y, en consecuencia, la superficie regada, que ahora es de 100.000 hectáreas. El delegado de la Confederación, Eugenio Nadal, prevé reunirse en breve con los alcaldes de estos tres pueblos.

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