Todos contra uno, uno sobre todos
Lo que aglutina a la más recalcitrante derecha mexicana y a la dispersay testimonial izquierda es su animadversión al PRITodo está previsto para que el inextinguible Partido Revolucionario Institucional siga en el poder
J. C.El sistema electoral mexicano, y en caso necesario la alquimia, asegura al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobierna desde hace 56 años en México, una abrumadora mayoría en las elecciones a la Cámara de Diputados y siete gobernadores de Estados, que se celebran hoy. No obstante, la crisis económica que atraviesa México y la falta de perspectivas hace que en estos días se discuta sobre el final del modelo mexicano.
En Agua Prieta, Estado de Sonora, exactamente en la frontera con el Estado norteamericano de Arizona, el dentista Alfonso Sahagún, militante del PAN, llevó con sigilo al enviado especial de este periódico a su clínica. En la habitación donde tiene su sillón de dentista, Sahagún dijo: "Mira", y al mismo tiempo señaló la pared, "dónde cuelga un cuadro con el testamento de Franco impreso sobre una placa metálica".Sahagún explicó: "Como verás, aquí no tengo casi aparatos de trabajo. Yo vivo al otro lado de la frontera, en Douglas. Los llevé allí por miedo al PRI, a que vengan y me hagan pagar tremendos impuestos si ven mi equipo de dentista". El joven dentista podría servir para llenar el cliché que el PRI hace del PAN. Los priistas acusan a los panistas de estar unidos a la reacción, manipulados por la Iglesia católica y de actuar al servicio de Estados Unidos.
El PAN es algo más complejo, porque además de la componente derechista hay un factor de protesta frente al poder ejercido por el PRI desde hace 56 años. En Hermosillo, capital del Estado de Sonora, Norberto Corella, coor-dinador de la campaña electoral del PAN, reconoce que su partido capitalizará, sobre todo, el voto de rechazo al PRI: "El hombre vota siempre por resentimiento y no por su apreciacion personal". En la central del PAN de Hermosillo, hasta un candidato a concejal del partido reconoce que "a mí la ideología del PAN me importa un carajo. Lo que se trata es de echar al PRI".
La mezcla entre la ideología conservadora y al mismo tiempo el hecho de ser la única fuerza capaz de arrebatar una mínima parcela de poder al PRI hacen del PAN un fenómeno complejo en, el panorama político mexicano. La posibilidad, por primera vez en la historia de México, de arrebatar un puesto de gobernador al PRI podría darse en Sonora o Nuevo León, dos Estados fronterizos con Estados Unidos. Esta circunstancia hace la elección a gobernador especialmente -delicada en esos dos Estados. A lo largo de la campaña electoral, el tema de la frontera y la intervención norteamericana en los asuntos internos de México salió a relucir un día tras otro.
Incluso se llegó a hablar abiertamente de que en el norte de México podría darse un movimiento tendente a anexionarse con Estados Unidos, y se recuerda que gran parte del territorio mexicano fue arrebatado por los norteamericanos.
El candidato a gobernador de Sonora del PAN, Adalberto Rosas, un ingeniero de 43 años con simpatía y gancho popular, cree que ganará hoy, pero le arrebatarán con fraude el triunfo, porque la pérdida del Gobierno de Sonora significaría el principio del fin de la hegemonía del PRI en México. Dice Rosas que en 1986 se eligen otros gobernadores y se habría perdido el mito de que el PRI es invencible. Rosas no acepta que el PAN sea contrarrevolucionario, y afirma que lucha "contra las ratas, que se adueñaron de la revolución. Los llamados revolucionarios organizarán un partido para no pelearse entre ellos y repartirse el poder"
¿Dónde está el dinero?"
El sábado 29 de junio, el Partido Socialista Unificado de México (PSUM, comunista) celebró su mitin de clausura de la campaña electoral con una marcha desde el monumento a los héroes de la revolución mexicana hasta la plaza del Zócalo, en la capital. Durante la marcha, unas 7.000 personas respondían a la pregunta de unos, ¿Dónde está el dinero?", con un grito coreado: "El PRI se lo chingó". En primera fila de los manifestantes iba Arnoldo Martínez Verdugo, de 60 años, veterano dirigente que liderá primero el Partido Comunista Mexicano (PCM), lo llevó a cauces eurocomunistas y luego a la nueva formación bajo las siglas del PSUM.
Poco se imaginaban los que gritaban ¿Dónde está el dinero?" que días más tarde la dirección del PSUM iba a tener que responder a la misma pregunta. Un grupúsculo ultraizquierdista, residuo o nueva creación del Ejército de los Pobres, organización de unos 200 guerrilleros que fueron aniquilados casi totalmente a mediados de los setenta, secuestró a Arnoldo Martínez para exigir al PSUM los restos de un rescate. A través de la Prensa, la dirección del PSUM reconoció que el dinero se había invertido en un inmueble, y ofreció pagar 50 millones de pesos (unos 36 millones de pesetas) por la liberación de su dirigente, secuestrado a punta de pistola.
El suceso resulta sintomático de la penosa situación de la izquierda mexicana, dividida en grupos, de los que ninguno consigue obtener más allá de un 5% de votos, e incapaz de conseguir un mínimo de adhesión popular en unos momentos en que México atraviesa una grave crisis, que cae fundamentalmente sobre las espaldas de los desheredados y la clase trabajadora.
El PSUM representa la tercera fuerza política de México, pero apenas llega a un 5% del electorado, a mucha distancia del derechista PAN, que en las elecciones de 1982 se acercó al 18%.
Los marginales
Además del PSUM, sólo merece la pena mencionar a otros dos partidos, o más bien grupúsculos, de izquierda: el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
El PMT acude a las elecciones con el eslogan Queremos seguir siendo mexicanos, y cuenta con un dirigente, Heberto Castillo, que goza de gran prestigio entre la izquierda mexicana. El máximo objetivo del PMT será rebasar el 1,5% de votos, que le concedería el estatuto de partido político y permitiría a su líder, Castillo, conseguir un escaño parlamentario para dar más fuerza a la difusión de sus ideas. El PMT puede caracterizarse como un partido que propugna un socialismo nacionalista y de signo popular.
El PRT es un partido trotskista, que se lanzó a la campaña con el lema Arriba los de abajo: democracia, salario, tierra. El PRT ha tratado de aglutinar a su alrededor a toda una serie de organizaciones radicales de protesta, que van desde los movimientos homosexuales hasta los que luchan por los derechos humanos. Al frente de las listas del PRT está Rosario Ibarra, una mujer no afiliada al partido, pero que es una figura popular en la izquierda, madre de un joven desaparecido por la policía a mediados de los setenta.
El PRI es el seguro vencedor de los comicios de hoy
En una de las avenidas de la capital mexicana puede verse una pintada que dice: "México, creeré en ti cuando desaparezca el PRI". Todo parece indicar que el autor de la pintada tendrá que esperar muchos años para creer en México. El PRI, el ogro filantrópico, es como un gigantesco hermano mayor que extiende sus tentáculos por todos los resquicios del país.A lo largo de la campaña electoral, en los medios de comunicación de masas, los ocho partidos que compiten con el PRI han sido prácticamente inexistentes. Una y otra vez la machacona melodía que anunciaba "Con México, sí. Vota PRI" saltaba en las radios o aparecía en las pantallas de televisión.
El hasta hace días delantero centro del Atlético de Madrid, Hugo Sánchez, "modelo para la juventud mexicana", aparecía en un anuncio, con un balón y un niño que apenas se sostiene en pie, para anunciar que también él piensa votar por el PRI. Los periódicos entregaron con su edición del pasado domingo separatas a todo color con propaganda electoral del PRI. Los gastos de la campaña electoral priista alcanzan cifras fabulosas, según la oposición, que acusa al PRI de servirse del erario público para su propaganda de partido.
La pura mecánica electoral asegura al PRI una mayoría que no andará lejos de los tres cuartos de la Cámara de Diputados. Si en las elecciones a gobernadores el PRI perdiese alguna, sería el primer caso en la historia de México. Desde hace 56 años el PRI ganó absolutamente todas las elecciones a gobernador. En algunos casos no las ganó, pero entonces entró en funcionamiento la alquimia el fraude electoral, y el PRI no cedió el puesto de gobernador a sus contrincantes. Esto es lo que se teme que pueda ocurrir hoy en los Estados del Norte, Sonora y Nuevo León, donde el derechista Partido Acción Nacional (PAN) parece contar con fuerza para poner en dificultades a los candidatos a gobernador del PRI.
La elección para la Cámara de Diputados es el resultado de la reforma política realizada en 1977 por el presidente José López Portillo, que permitió romper el monolitismo absoluto de PRI y abrió un mínimo cauce para los restantes partidos. En las elecciones para diputados se conceden 400 escaños. De estos 400 se eligen 300 por mayoría relativa, es decir, resulta elegido el diputado que obtiene más votos en la circunscripción electoral. En las elecciones de hace tres años el PRI consiguió 299 de los 300 diputados elegidos directamente, mientras que la oposición sólo consiguió uno.
Los 100 diputados restantes salen de la llamada lista plurinominal y se reparten proporcionalmente entre los partidos que obtuvieron menos de 60 diputados directos. Esto quiere decir que la única opción real de los partidos de oposición es repartirse proporcionalmente los 100 diputados plurinominales.
La apabullante victoria electoral del PRI, que no se conocerá oficialmente hasta dentro de una semana, no impide que a lo largo de los últimos meses, y sobre todo estos días, se especule en México con el fin de una era. La crisis económica que asola a México ha acabado con las posibilidades de filantropia del ogro, el PRI, que en el Gobierno se ha visto obligado a imponer una dura política económica.Horizonte catastrofista
Desde la perspectiva socialista y neoliberal todos vienen a coincidir, con diferentes conclusiones, que en México se vive el final de un modelo. El pensador Pablo González Casanova, cuya obra La democracia en México ha cumplido ahora 20 años, pinta un cuadro catastrófico de la situación. González Casanova cree que "vivimos uno de los momentos más críticos del país. Tal vez desde 1929-1934 el Estado y la sociedad no se habían visto sujetos a enfrentamientos tan graves y contradictorios".
El profesor llega incluso a afirmar que la situación "afecta al propio Gobierno constitucional en su capacidad de manejar al Estado y apunta hacia la generación de un nuevo tipo de Estado". Y cree que "lo que puede estar en juego en México es la sustitución de las bases sociales del Estado por bases paramilitares".
González Casanova opina que "en México puede repetirse el fenómeno que se dio en el Brasil de Goulart o en la Argentina de Cámpora-Isabelita, o en Chile a la caída de la Unidad Popular: la creación de un Estado con reducidísimas bases sociales. Ese Estado que generaría semejante desastre no sólo se parecería a los de las dictaduras del Sur sino a las de Centroamérica".
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