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Los comunistas griegos apoyarán al PASOK a cambio de un programa mínimo común

Los comunistas griegos (KKE del Exterior) confían en que, a pesar de una ley electoral que favorece el bipartidismo, podrán conseguir el próximo domingo un número de diputados suficiente para impedir que tanto el gobernante Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), del primer ministro Andreas Papandreu, como la oposición derechista de Nueva Democracia, que dirige Constantino Mitsotakis, puedan obtener mayoría absoluta en el Parlamento de Atenas. De conseguir su objetivo, el prosoviético KKE del Exterior estaría dispuesto a apoyar un Gabinete del PASOK, incluso sin formar parte de él, siempre que se llegase a un acuerdo sobre un programa mínimo.

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A medida que se acerca el final de la campaña electoral, la afluencia a los mítines en la ateniense plaza de la Constitución (Sintagma) va aumentando en proporción casi geométrica. Los estrategas de los partidos distribuyen a sus seguidores de forma que hace difícil el cálculo, siquiera aproximado, de asistentes, ya que los huecos en la propia plaza no impiden la ocupación de las calles adyacentes. Los oradores se sitúan en un tribuna levantada a unos 20 metros de altura. Frente a ellos, como un símbolo, pueden ver el Parlamento.Se oscila de la multitud incalculable al grupo de amiguetes o fanáticos. Este último parece que fue el caso del mitin de la ultraderechista Unión Política Nacional (EPEN). Su dirigente, Chrisantos Dimitriades, miembro del Parlamento Europeo, reunió a 3.000 o 4.000 personas que, eso sí, gritaron como 50.000 para exigir la puesta en libertad del ex dictador Georgios Papadopoulos y sus compañeros de junta militar, que cumplen condena de cadena perpetua en la prisión de Koridalos.

Eso fue el lunes. El martes por la noche, las primeras banderas rojas ondearon en Sintagma, en pacífica coexistencia con los colores nacionales (azul y blanco). En la tribuna, Leónidas Kirkos -el mejor orador de la Grecia moderna- denunciaba un sistema que considera diseñado para permitir la alternancia en el poder entre socialistas y conservadores, acusaba al PASOK de haber conducido al país a una profunda crisis económica y social, condenaba los planes thatcheristas de Nueva Democracia y ofrecía su propia receta, la de los eurocomunistas del KKE del Interior, surgido de una escisión del tronco comunista a causa de la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968. Si consigue el 3,42% que logró en las euroelecciones de 1984, podría lograr dos diputados. Si se queda por debajo (en 1981 sólo obtuvo el 1,34%) seguirá siendo un partido testimonial; respetado, eso sí, pero sin peso real. Kirkos, ante una plaza llena, pero sin apreturas, pidió la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, el aumento de las inversiones públicas para combatir el desempleo, el control de los precios, la democratización del aparato del Estado y, sobre todo, pidió votos.

De 13 a 25 escaños

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Los prosoviéticos del KKE del Exterior constituyen un partido fuerte, articulado, de sólida implantación popular, con fuerte influencia sindical y con una militancia fiel y disciplinada. En el Parlamento disuelto el 7 de mayo contaba con 13 diputados, de un total de 300, pero su peso electoral oscila, según la mayoría de las estimaciones, entre el 10% y el 13%. En las legislativas de 1981 obtuvo el 10,93% de los votos y en las euroelecciones del año pasado logró el 11,64%.

Costas Kapas, el último portavoz parlamentario del partido considera que, de mantener el resultado de 1984, el KKE del Exterior podría lograr 16 escaños, pero que un ligero aumento, incluso de menos de un punto, le permitiría llegar hasta 25, con lo que la formación comunista podría ser la llave para la formación del nuevo Gobierno.

Kapas, número dos de, la lista por Atenas 2 y miembro del Comité Central, asegura que el KKE de Exterior no condiciona un eventual apoyo al PASOK a la entrada en el Gobierno, y recuerda que en los últimos años ha habido casos de colaboración con los socialistas, tomo en la reciente elección de presidente y en la propuesta de reforma constitucional. "Lo que exigiremos, llegado el caso, será un programa mínimo que incluya el desmantelamiento de las bases estadounidenses, la salida de las armas nucleares del país, la separación de la estructura militar de la OTAN y una política que elimine las consecuencias negativas del ingreso en la Comunidad Económica Europea".

En el plano interior, los comunistas prosoviéticos exigirán al PASOK "abolir las leyes antidemocráticas como la que limita el derecho de huelga, cambiar la ley electoral para implantar la proporcional simple, establecer a nivel nacional un sistema de aumento salarial similar a la escala móvil italiana, aumentar las inversiones públicas para generar empleo y derogar la ley que protege abusivamente los capitales extranjeros".

Pocas horas después de que Kapas explicara al enviado especial de EL PAIS los objetivos comunistas, el secretario general del partido, Harilaos Florakis, ante un mar de banderas rojas que cubrían Sintagma y las calles adyacentes, denunciaba el bipartidismo y pedía el formación de un Gobierno democrático que agrupara a las fuerzas progresistas. Para evitar la fuga de los votos útiles que puedan dirigirse hacia el PASOK con el propósito de impedir la victoria de Nueva Democracia, el veterano líder del KKE del Exterior aseguró que un Gobierno socialista con mayoría absoluta no sería la solución para los trabajadores.

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