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El diálogo sobre reducción de tropas en Europa se reabre en Viena sin avances

Las negociaciones Este-Oeste para la reducción mutua y equilibrada de tropas en Europa (MBFR) se reanudaron ayer en Viena, en su 36ª ronda, con llamamientos de ambas partes a un acercamiento de las posiciones, pero sin indicios de avances reales en este foro de desarme, que negocia ya desde hace 12 años sin resultados concretos. La Alianza Atlántica no ha respondido aún a la propuesta de los países del Este presentada el pasado 14 de febrero para una retirada inmediata de 13.000 soldados norteamericanos y 20.000 soviéticos, seguida de una congelación de todos los ejércitos en la región.

"Nuestra posición no ha cambiado; esperamos una respuesta constructiva de Occidente", señaló el portavoz del Este en la sesión de ayer, el embajador germanoriental André Wieland. Este portavoz se preguntó si Occidente está por fin dispuesto a "salir de la jungla de discusiones infructuosas", aludiendo a la insistencia de la OTAN en solicitar un acuerdo sobre las máximas dificultades surgidas en estas largas conversaciones, que son los aspectos denominados de datos y verificación.El portavoz occidental, el norteamericano John Karch, aseguró que la OTAN está estudiando escrupulosamente la propuesta de los países socialistas y pidió al Este que haga otro tanto con las propuestas occidentales del pasado año. El Pacto de Varsovia rechazó en su día estas ofertas, que calificó de "carentes de fundamento". Desde 1973, la OTAN y el Pacto de Varsovia intentan llegar en Viena a un acuerdo para la reducción de los contingentes de tropas y de su armamento convencional en Centroeuropa. Hace años ya que se aceptó que la reducción debía dejar la cifra de soldados de cada bloque estacionados en la región en 900.000.

No obstante, dos cuestiones de la negociación han resultado hasta ahora obstáculos insalvables para un acuerdo. Por una parte, la divergencia de datos, ya que la OTAN no acepta la cifra presentada por el Este. Según la OTAN, el Pacto de Varsovia mantiene 170.000 soldados más de los que reconoce.

Por otro lado, los países socialistas se han negado a aceptar las fórmulas de verificación de los posibles acuerdos de reducción de tropas. Alegan que algunos -de ellos, tales como el control sobre el terreno del desarrollo de la retirada, ponen en peligro la seguridad de la comunidad socialista. Insisten asimismo en que la retirada de los contingentes de tropas norteamericanas deberá llevarse a cabo con todo su material y armamento, al igual que la retirada soviética.

La OTAN se niega a retirar a territorio norteamericano el armamento y el equipo, ya que, tal como señala, las dificultades para volver a transportar este material a Europa son considerablemente mayores desde EE UU que desde los territorios europeos de la URSS.

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