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El Papa llama a la resistencia frente a la carrera de armamentos

Andrés Ortega

"Si nos callamos, seguirá la carrera de armamentos y atraerá hacia ella capitales, energías y creatividades; quedará entonces poco dinero y atención para los alimentos, la sanidad, el desarrollo y la vivienda, sobre todo en los países más desprovistos", dijo ayer Juan Pablo II en la ciudad flamenca de Ypres, que fue el corazón de duras batallas durante la I Guerra Mundial.

Las tumbas de Ypres, dijo el Papa, "convencen de la legitimidad del derecho a la defensa o a la resistencia frente a un agresor injusto". Durante la segunda jornada de su viaje a Bélgica, el papa Juan Pablo II habló ante un grupo de 20.000 personas, jóvenes en su mayoría, que se agruparon en la plaza Mayor, que cubre una hectárea de este histórico lugar, de cuyo nombre deriva el de la iperita, el mortífero gas usado durante el primer gran conflicto.Juan Pablo II fue objeto de una entusiasta y populosa acogida ayer en Flandes. Mientras trompetas tocaban The last post, el toque fúnebre del Ejército británico, Juan Pablo II se arrodilló ante una cruz de amapolas en la puerta de Menin, impresionante monumento clásico de Ypres en cuya piedra están grabados los nombres de 54.896 soldados británicos que cayeron en la guerra de 1914-1918 y cuyos cuerpos no fueron nunca encontrados.

Luego, en la plaza Mayor, el papa Wojtyla afirmó que la guerra y la violencia empiezan "cuando uno no reconoce los derechos fundamentales del hombre", que comienzan en la concepción de la vida, añadió en un nuevo ataque contra el aborto.

La violencia indigna

"La violencia que destruye las habitaciones y los edificios es grave", dijo Juan Pablo II, "pero intolerable e indigna del hombre es la violencia dirigida contra la persona humana". "Los progresos de la ciencia y de la técnica crean", añadió, "continuamente posibilidades nuevas que pueden servir a la causa de la paz o que pueden ser manipuladas para servir a la causa de la guerra".El Papa fue obsequiado con tres regalos simbólicos: unas flores (el amor), una campana (el llamamiento) y un rosario (la oración). Cánticos, coros, banderas y estandartes colorearon este panorama. A los jóvenes del lugar se habían sumado algunos venidos de Francia y del Reino Unido. El Papa tuvo un recuerdo para sus conciudadanos polacos, cuya división blindada liberó Ypres el 6 de septiembre de 1944.

Flandes, donde se centró ayer el Papa, le acogió calurosamente, tanto en Amberes, primera de sus etapas flamencas -donde dijo: "El Papa es hoy muy flamenco" -como en Ypres o en Gante, donde celebró una misa con asistencia de cerca de 200.000 personas, la mayor congregación que ha logrado reunir en este viaje al Benelux ."¡Viva el Papa!", le corearon miles de voces, que también le desearon un feliz cumpleaños en Amberes y Gante. Juan Pablo Il cumple hoy 65 años.

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No obstante, al recibir a laicos que trabajan con la Iglesia, el Papa tuvo que escuchar de boca de Aurelien Thijs, presidente del Consejo Pastoral Interdiocesano de Amberes, una petición para una organización eclesiástica "más democrática y acogedora", y para que prosiga el estudio del informe del matrimonio de los sacerdotes, ayude a los divorciados y dé un mayor papel en la Iglesia a la mujer. En Amberes también, unos 100 manifestantes de extrema derecha le gritaron que intercediera por la amnistía de los flamencos que combatieron del lado de los nazis, 2.000 de los cuales siguen privados del derecho de voto y jubilación.

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