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Entrevista:

Turgut Ozal: "Turquía tiene una democracia real"

"Los comunistas están fuera de la ley" - "No hay posibilidad de amnistía"

El presidente turco, general Kenan Evren, aconsejó públicamente, dos días antes de las elecciones legislativas del 6 de noviembre de 1983, que se votara en favor de la opción que se comprometiese a "continuar las política del Consejo Nacional de Seguridad": es decir, la de los militares que derribaron el régimen democrático en 1980, tras varios años dominados por el caos y el terrorismo de ambos signos. Evren apostaba así en contra del Partido de la Madre Patria, de Turgut Ozal, al que descalificó. "A vosotros os toca decidir", dijo Evren sin citarle, "lo que una persona como ésta puede hacer en el futuro". Pero el día 7, el presidente y el nuevo primer ministro se abrazaron en público y daban por zanjado el incidente. Ha pasado casi año y medio, y las fricciones, si existen, no son visibles. Aunque el precio haya sido un subterráneo reparto del poder.Pregunta. ¿Cómo son actualmente sus relaciones con el presidente Evren?

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Respuesta. Excelentes. El general Evren es un buen presidente, y yo también soy un buen primer ministro.

P. Se dice que usted se ocupa de la economía y quizá de las relaciones exteriores; y Evren, de la seguridad interna.

R. Se ha dicho incluso que el presidente se ocupaba de la política exterior. Veo que los periodistas ya no me lo preguntan, después de: mis numerosos viajes, a Estados Unidos, Japón, China y los países árabes, entre otros. El presidente tiene sus propios poderes, de: acuerdo con la Constitución, y los ejerce. Preside normalmente el Consejo Nacional de Seguridad, y yo lo hago en su ausencia. Las decisiones de este órgano pasan normalmente al Consejo de Ministros, que debe aprobarlas y aplicarlas. Nada de lo que se dice es cierto. El Consejo Presidencial, por otra parte, no tiene poderes. En otras ocasiones, en 1960 y 1971, el Ejército intervino pocos meses después de las elecciones. Ahora han pasado ya más de 16 meses y nada ha ocurrido. No hay ningún problema de este tipo en Turquía.

Derechos humanos

P. ¿Cuál es el papel del Ejército en estos momentos?

R. El jefe del Estado Mayor es el jefe del Ejército y depende de mí.

P. Me refería al poder real.

R. Ése es su único papel. De 67 provincias, tan sólo hay ya ley marcial en 23.

P. Por tanto, ¿no es ya la turca una democracia bajo tutela militar?

R. No es cierto. Puede verlo en la gente, en los periódicos. Turquía tiene una democracia real, una vieja democracia, más vieja que la de España, por ejemplo.

P ¿Ha terminado el proceso de recuperación democrática?

R. La democracia se ha restablecido, como en el caso de España. Y el sistema funciona muy bien. En el período anterior a 1980, Turquía iba hacia una pro funda anarquía, como inmediatamente antes de que la guerra civil estallase en España. Nosotro también estábamos al borde de la guerra civil. El Ejército intervino entonces y prometió que se volvería a la democracia. Cumplió su palabra. En tres años. Ciertamente, en este período el presidente y las fuerzas armadas ejercieron un poder absoluto.

P. Algunas libertades no se han restablecido. La sindical, la de prensa...

R. Se han restablecido. Usted puede verlo en la Prensa. Critican todo.

P. Los periódicos turcos no pudieron publicar la conferencia de prensa ofrecida por los escritores Arthur Miller y Harold Pinter al finalizar su visita a Turquía para in formarse sobre la situación de los derechos humanos.

R. No sé si estos señores dieron o no una conferencia de prensa. Pero Miller dice incluso que en EE UU no hay libertad de prensa

P. ¿Puede hablarse de democracia cuando más de 50 intelectuales están procesados por dirigir una petición crítica al presidente?

R. Debo corregirle. No es un proceso. Simplemente una investigación. Nadie está detenido. En una democracia se puede dirigir una petición al jefe del Estado o al presidente del Parlamento, pero si las autoridades ven en ella algo contra la ley, ¿por qué no habrían de investigarlo?

P. Quienes sí están procesados e incluso condenados, son los miembros del Comité Turco de Paz.

R. Ese es un caso diferente. Los comunistas están prohibidos en Turquía. Quizá somos el único país europeo en el que los comunistas están fuera de la ley, y quien haga propaganda comunista es perseguido.

P. ¿Cómo puede ocurrir eso en una democracia?

R. La gente dice que estas leyes no son democráticas, pero no son leyes de los últimos cinco años, sino de los últimos 40, desde los tiempos de Ataturk. Y nadie protestó hasta ahora. Fuimos miembros del Consejo de Europa en los años cincuenta, y esas leyes ya estaban en vigor. Nadie presentó ninguna objeción. ¿Por qué sí ahora? El proceso a los miembros del comité se basa en estas leyes. Pero todo está en los tribunales. No es el Gobierno quien los juzga.

Preso político

P. ¿Según usted, no hay presos políticos en Turquía?

R. Sólo uno, en mi opinión, Alparslan Turkés. Nadie pregunta por él porque no es de izquierdas. Pero los tribunales insisten en que está procesado por cometer varios asesinatos.

P. En otras ocasiones, tras golpes militares, al volverse a la democracia se han promulgado amnistías. Ahora no.

R. Ya vimos los efectos de la amnistía años atrás. Los anarquistas a los que se perdonó entonces fueron luego los profesores de la nueva ola terrorista. La Constitución actual, aprobada con el 92% de los votos, no prevé amnistía para quien combate al Estado. No hay posibilidad legal de amnistía para ellos, a menos que se cambie la Constitución, pero para eso hace falta una mayoría de tres cuartos en el Parlamento.

P. Varias organizaciones internacionales denuncian que en Turquía sigue habiendo numerosos casos de torturas y que la situación en las prisiones es muy grave.

R. Siempre hemos permitido a delegaciones del Consejo de Europa o del Parlamento Europeo la visita a nuestras cárceles. También lo han hecho diputados turcos. Mi país es pobre en relación con Europa, pero, a pesar de ello, la situación en nuestras prisiones no es diferente de la de las europeas. La tortura, por otra parte, no es habitual, y si un funcionario es sospechoso de practicarla, es procesado e incluso condenado a altas penas. Hay 40 o 50 policías o guardianes que están en la cárcel por esta causa. Y le diré algo: en Turquía se gasta más dinero en cada preso que en cada universitario.

P. ¿No es la actual una situación política irregular, con los dos principales partidos de oposición fuera del Parlamento? ¿No habría que convocar nuevos comicios legislativos?

R. Antes de las elecciones locales, los partidos que podían presentarse por vez primera aseguraban que iban a conseguir más votos que los que estaban en el Parlamento. Erdal Inonu, el líder del Sodep, dijo que iba a sacar más votos que yo. Pero el Partido de la Madre Patria mejoró sus resultados de noviembre de 1983: triunfamos en 56 de las 67 provincias. Entonces les pregunté: "¿Siguen ustedes queriendo elecciones?". Y dijeron que no. Lo que importa es quién gobierna el país. En las primeras elecciones, el pueblo nos dio su confianza. En las segundas nos dijo: "Lo estáis haciendo bien, continuad". En el último año ha habido elecciones parciales y el PMP ha mejorado. Conservamos la confianza del pueblo, como Felipe González.

El partido del pragmatismo

P Con el Sodep a su izquierda y el Partido de la Recta Vía a su derecha, ¿se sitúa el Partido de la Madre Patria en el centro del espacio político turco?

R. Nosotros somos conservadores, pero muy liberales en economía y muy combativos en justicia social.

P. Se dice que, si no estuviera en el poder, su partido se disolvería como consecuencia de sus divisiones internas.

R. Nosotros somos como las nuevas generaciones de ordenadores electrónicos, una parte de la moderna Turquía. El pueblo, que no es de derechas ni de izquierdas, conflia en nosotros porque quiere una buena gestión del país. Cuando se habla del PMP se dice que hay extrema izquierda, extrema derecha, liberales, islámicos... No es verdad. Somos pragmáticos. Tenemos muy buenas ideas y decimos: "Todo por el pueblo, por el beneficio del pueblo".

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