Arce reafirma en Río que las elecciones de Nicaragua serán el 4 de noviembre
El comandante sandinista Bayardo Arce confirmó ayer en Río de Janeiro que las elecciones presidenciales de Nicaragua se celebraran, como estaba previsto, el próximo día 4 de noviembre y que la opositora Coordinadora Democrática no se presentará a ellas por no haber inscrito sus candidatos en el plazo previsto.Bayardo Arce, que ha participado en la ciudad brasileña en la reunión del buró ejecutivo de la Internacional Socialista, reconoció con estas declaraciones el fracaso de sus conversaciones durante los dos últimos días con el frustrado candidato presidencial de la oposición, Arturo Cruz.
El comandante Arce y Cruz celebraron varias reuniones, con la mediación de los líderes de la Internacional Socialista, con el fin de lograr un acuerdo que permitiese la presentación de la oposición en los comicios nicaragüenses, para lo cual era imprescindible la postergación de la fecha electoral.
Condiciones
En esta negociación, el representante del régimen sandinista impuso, como condición para cualquier acuerdo, la suspensión de las acciones armadas llevadas a cabo por los grupos contrarrevolucionarios. Incluso admitió, tras el alto el fuego, el estudio de una amnistía general.
Los sandinistas estaban dispuestos a que observadores internacionales acompanasen las campañas políticas de todos los partidos en Nicaragua para garantizar igualdad de libertad y acción. La Coordinadora Democrática deberían haber inscrito inmediatamente a sus candidatos y en un plazo prudencial -tres a cuatro semanas después de la oficialización del acuerdo- los mismos observadores internacionales deberían haber registrado una disminución casi total de las acciones armadas. En ese caso, las elecciones habieran sido oficialmente aplazadas.
El principal medidador en los contactos de Río, el ex presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, propuso que las elecciones se retrasasen hasta mediados de enero.
Cruz expuso durante estas conversaciones que él no tenía fuerza suficiente para obligar al cese de las acciones armadas de los grupos financiados, armados e incluso entrenados por Estados Unidos.
