Sobre una graduación
Al destacarse mi nombre con motivo del artículo publicado en este periódico el pasado día 7 acerca de mi graduación como doctora en Literatura Española por la Universidad de Harvard, coincidiendo con la investidura de Su Majestad Juan Carlos I como doctor honoris causa en la citada universidad, quisiera hacer hincapié en uno de los aspectos mencionados en dicho artículo. Que mi caso no es un hecho aislado, ni mucho menos insólito, dentro de lo que hasta ahora ha venido ocurriendo en la sociedad española. Otros muchos españoles, de edad semejante a la, mía, han sido, antes que yo, también los primeros españoles en recibir doctorados en universidades extranjeras, de tanta valía como Harvard, y en disciplinas mucho más ajenas a nuestra tradición cultural que la literatura española, como la física, la química, la biología, diferentes ingenierías, etcétera. También ellos volvieron a España con la ilusión de ofrecer lo aprendido a la sociedad española, renunciando, gran parte de las veces, a mayores satisfacciones profesionales, y también económicas. De hecho, mi ida a Harvard fue consecuencia de mi matrimonio con uno de estos españoles, involucrado en la altruista idea de crear un centro de investigación tecnológica en España. Por ello, considero inmerecido el que se destaque mi nombre sin asociarlo a todas estas personas, que, sin duda alguna, han luchado mucho más que yo por intentar llevar a cabo estos ideales. - Madrid.