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El presidente del Gobierno elogia la profesionalidad y el nivel de adiestramiento de la Armada

El presidente del Gobierno, Felipe González, elogió ayer el nivel de profesionalidad y adiestramiento de la Armada española durante su estancia en Cartagena, donde asistió al acto de botadura de un nuevo submarino. Previamente, por la mañana, el presidente presenció, a bordo del portaeronaves Dédalo, una exhibición del grupo aeronaval de la Armada. Tras un almuerzo con numerosas autoridades militares y civiles, asistió por la tarde, en la empresa nacional Bazán, al acto de puesta a flote del submarino Mistral, del que fue madrina su esposa, Carmen Romero. Ambos fueron recibidos con aplausos por los trabajadores de Bazán.

ENVIADO ESPECIAL,El ambiente de todos los actos fue de gran cordialidad, y González aludió expresamente, en declaraciones a los periodistas, a que hay "buena comunicación" entre él y el Jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Saturnino Suances, que le acompañó en todos los actos, así como el ministro de Defensa, Narcís Serra.La única alusión expresa que hubo ayer a los atentados terroristas fue la realizada por el teniente vicario que ofició la ceremonia de puesta a flote del submarino. Durante la misma pidió "por el teniente de navío Antonio de Vicente Comesaña, última víctima del' terrorismo". Previamente, Felipe González había declarado a un grupo de periodistas que el estado de ánimo de la Armada, en relación con los atentados terroristas, no puede ser distinto del suyo. "Si yo estoy tenso y disgustado, entiendo, que también lo estén los miembros de la Armada. Precisamente por eso digo que hay que mantener la frialdad y la serenidad", dijo el presidente.

Al término de los ejercicios que presenció desde el Dédalo, Felipe González se dirigió a los mando de la tripulación para agradecerles la satisfacción que había experimentado al comprobar el alto grado de adiestramiento del grupo aeronaval. Insistió en que es necesario mantener un esfuerzo continuo de preparación y advirtió que no decía eso de forma trivial, dado el grado de tensión existente en la situación internacional.

Ejercicios

El presidente del Gobierno llegó a las nueve de la mañana, a bordo de un avión Mystère, a la base aérea de San Javier, desde donde acudió en helicóptero al Dédalo. En los ejercicios participaron, junto a este buque, una fragata, dos destructores, dos corbetas, los seis aviones Harrier de despegue vertical del Dédalo y dos escuadrillas de helicópteros. Cuatro de los buques dispararon sobre un blanco remolcado por un destructor, con gran acierto en el tiro, y cuatro de los aviones Harrier lanzaron dos bombas cada uno de 500 libras sobre el mismo blanco.Sobre las 12.30 horas, el presidente llegó en helicóptero a las bases de submarinos y embarcó en el Galerna, que es el primero de la serie 70, a la que pertenece el que ayer fue puesto a flote. El Galerna realizó una inmersión a 65 metros de profundidad. El presidente regresó a las 14.30 horas, y cerca de las cinco de la tarde se realizó la ceremonia de puesta a flote del Mistral. A continuación, González asistió a un refrigerio en el edificio de la dirección de Bazán, y sobre las seis de la tarde regresó en helicóptero a San Javier, de donde marchó a Madrid en avión.

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