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Presencia de 'etarras' en Centroamérica

El presunto 'etarra' declara que "se han dicho muchas falsedades sobre el casó"

Visiblemente conmocionado aún y con la mirada por momentos extraviada, Gregorio Jiménez Morales, presunto activista de ETA detenido en Costa Rica, manifestó ayer que se habían dicho muchas falsedades sobre su caso. "Sí, puede ser un montaje", añadió refiriéndose a las acusaciones públicas que le han hecho, las autoridades costarricenses en tomo a su participación en un compló contra dirigentes antisandinistas.Jiménez recibió ayer, en el despacho del juez instructor, a cuatro periodistas españoles y dos costarricenses. "Tengo orden estricta de mi abogado de no hablar si no es en su presencia", fueron sus primeras palabras, después de preguntar a cada uno a qué periódico representaba.

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En medio de un diálogo sincopado, a veces sólo de monosílabos y con múltiples preguntas que quedaron sin contestación, el supuesto etarra dijo que se había exiliado en Francia en febrero de 1981 y que llegó a Costa Rica directamente desde ese país, el pasado 1 de junio, sin que quisiera aclarar cuál fue la razón de su traslado. Añadió que no tenía familia aquí, ni conocidos, ni trabajo.

Confirmó que antes de su detención había sido atracado por dos individuos que le robaron varias cosas. Se negó, en cambio, a explicar las circunstancias de su arresto. "No llevaba ningún arma", puntualizó. Durante el periodo de incomunicación de 12 días, permaneció todo el tiempo en las dependencias de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS). "Eran como un los garajes viejos". No le sometieron a ningún careo con otras personas.

Silencio sobre ETA

"No quiero declarar sobre eso", contestó por enésima vez cuando se le preguntó si había sido bien tratado por la Policía.La misma respuesta le brotó automáticamente cuando alguien quiso saber si es o no de ETA.

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Sólo se rió al preguntársele si es militante abertzale. "Supongo contestó después de una exclamación. Desde su detención no ha sido interrogado por ningún policía español. "Por el acento creo que todos eran costarricenses. Ayer por la mañana me visitaron dos funcionarios de la embajada, española. Me preguntaron qué tal estaba de salud, les dije que bien, y si necesitaba ropa o alguna otra cosa. Les contesté que no. Me dieron un número de teléfono para que les llamara si tenía algún problema".

Manifestó que su familia había estado muy nerviosa al principio, "porque se hizo una bola muy grande con esto" pero después de ver a Castells y a Iñaki Ruiz, han tenido noticias que les han tranquilizado. Con acento marcadamente vasco, Jiménez es un hombre de aspecto físico casi insignificante: 1,60 metros de estatura, muy delgado, hombros caídos, cara estrecha, nariz aguileña. Sólo su bigote y una mirada inquisitiva destacan en su rostro. Fontanero de profesión, nació en Tolosa (Guipúzcoa) en octubre de 1954, aunque su familia es originaria de la Rioja.

Poco después de la entrevista, que duró una media hora, el presunto etarra fue trasladado desde las dependencias judiciales a la prisión La Reforma, de Alajuela, la mayor del país. Poco antes, el juez había denegado la libertad provisional pedida por su abogado, debido a tres razones: impedir que eluda la acción de la justicia, proteger al acusado y por el escándalo público que hubiera originado su excarcelación. Esta negativa, es un indicio de que. el juez dictará antes del viernes auto de procesamiento.

Funcionarios policiales entregaron ayer al juez nuevos datos sobre el caso, que en su opinión sustentan un nuevo, cargo contra Gregorio Jiménez por "asociación ilícita". Otras 18 personas más están siendo buscadas en el país. Entre ellas hay varias españolas.

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