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Los parlamentos de Beirut y Jerusalen aprueban el acuerdo sobre la retirada de las tropas extranjeras de Líbano

Los Parlamentos de Líbano e Israel aprobaron ayer el acuerdo suscrito por sus respectivos Gobiernos sobre la retirada de las fuerzas extranjeras de Líbano. En Beirut, la aprobación se logró por unanimidad, mientras que en Jerusalén el acuerdo pasaba, tras ocho largas horas de discusión, con 57 votos a favor, 6 en contra y 45 abstenciones. Siria ha elevado el tono de su oposición a este acuerdo al afirmar que no permitirá su puesta en práctica "sea cual sea el cariz que tomen los acontecimientos".

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El asentimiento libanés al acuerdo se produjo tras la moción presentada por Saeb Salam, diputado por Beirut y dirigente de la comunidad sunnita, una vez que el ministro de Asuntos Exteriores, Eli Salem, hubiera leído una declaración gubernamental sobre el documento. Salem declaró tras la aprobación que "el proyecto de acuerdo no entrará en vigor hasta que Siria y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) retiren sus tropas de Líbano".Los 80 diputados asistentes a la sesión, celebrada a puerta cerrada, votaron con un sí unánime la declaración gubernamental, según la radio oficial, informa Efe. El pronunciamiento parlamentario no fue sobre el documento, que les fue entregado el domingo, sino sobre la política gubernamental de cara a la retirada de las tropas extranjeras del país.

En Israel, donde como en Líbano no es necesaria la ratificación parlamentaria del acuerdo, el texto no fue presentado oficialmente en la Cámara. La oposición laborista, a pesar de sus críticas, optó por abstenerse tal y como ha venido haciendo en cada debate desde que comenzó la guerra. El ex ministro de Defensa y actual ministro sin cartera, Ariel Sharon, y el de Ciencia, Yuval Neeman, los dos únicos miembros del Gabinete que se opusieron al acuerdo, abandonaron la Cámara antes de llevarse a cabo la votación. Los parlamentarios del partido ultranacionalista Tehya, coaligado en el Likud, votaron en contra.

Dureza siria

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Las discusiones en Beirut y Jerusalén comenzaron cuando ya había salido a la calle el rotativo libanés Al Safir con unas duras declaraciones de Abdel Halim Jadam, ministro sirio de Exteriores, que anunciaba la decisión de su Gobierno de impedir la ejecución del acuerdo "sea cual sea el cariz que tomen los acontecimientos", informa la agencia France Presse.

Jadam considera que este acuerdo es peor que el tratado egipcio-israelí de Camp David y reitera que "Siria no retirará sus tropas de Líbano pues quiere proteger simultáneamente la unidad de Líbano y la seguridad de Siria" Damasco mantendrá sus tropas en el país mientras Israel mantenga "ventajas en Líbano". "El proyecto de acuerdo limita la libertad y la independencia de Líbano. Israel comparte la soberanía del sur de Líbano y, desde el punto de vista árabe, el acuerdo pone fin a los intercambios de Líbano con nuestra nación", agrega Jadam.

La Administración norteamericana no parece muy preocupada por esta intransigencia de Damasco, según The New York Times. Washington considera, al menos por el momento, que el apoyo árabe a la salida lograda para Líbano es tan sólido -los únicos árabes que apoyan la postura siria son Libia y Yemen del Sur, además de la OLP- que no es necesario que EE UU aparezca en primera línea de una discusión que, además, podría ser muy contraproducente para sí mismo.

En el Departamento de Estado se considera probable la división de la Liga Arabe si los sirios continúan negándose a retirar sus fuerzas de Líbano. Pero hay quien cree que, para evitar esta ruptura, sirios y palestinos acabarán por retirarse de Libano, quizá tras la conclusión de un acuerdo que ponga a salvo sus intereses y su honor.

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