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La negación de la división sexual, propuesta de una posible revolución feminista

A partir del rechazo de la división entre los géneros masculino y femenino, considerados como falsos arquetipos, la mujer tiene una propuesta válida para conseguir la transformación del sistema desde su propio modo de hacer. Esta es la oferta planteada por María Jesús Izquierdo en la presentación de Las, los, les (lis, lus). El sistema sexo/género y la mujer como sujeto de transformación social, el cuarto volumen de la colección Cuadernos Inacabados, editado por La Sal (Edicions de Les Dones).

María Jesús Izquierdo, soriana de 37 años, dedica la primera parte de su obra a argumentar que la división jerárquica de la sociedad en función de los géneros masculino y femenino es falsa porque está hecha en función de unos arquetipos inexistentes. "Es básico empezar a olvidarse de los términos masculino y femenino porque son falsos.Las supuestas cualidades atribuidas a cada uno de estos géneros no existen. Ni los hombres son fuertes por definición ni las mujeres son débiles por naturaleza".

Una vez establecida esta afirmación, María Jesús Izquierdo deduce una consecuencia inmediata aplicable al feminismo: la lucha contra la dictadura de los géneros (el masculino sobre el femenino) no debe ser una lucha específica del feminismo.

Producir y reproducir vida

La segunda parte de su escrito está dedicada a plantear un breve apunte de una revolución posible hecha por las mujeres. "Hasta ahora, pienso que erróneamente, los movimientos feministas han planteado su lucha negando lo que somos. Se han adoptado las formas de actuación atribuidas al arquetipo masculino. Todo el mundo puede ver que las mujeres que triunfan en el trabajo son las que actúan según el arquetipo del ejecutivo agresivo". La propuesta revolucionaria concreta de María Jesús Izquierdo está en producir y reproducir vida. "Esto quiere decir", explica, "que en lugar de hacer planteamientos sindicales semejantes a los que plantean los hombres a través de los sindicatos tradicionales, creo que hay que empezar a no pedir más dinero, sino más tiempo libre. A exigir unas mejora.s generales que supongan un aumento de la calidad de vida, no de los bienes de consumo".La oferta podría ser asumida perfectamente por los hombres porque, como explica la autora del volumen, María Jesús Izquierdo, "de lo que se trata es de invitar a una reflexión general en la que todos nos replanteemos hacia dónde va nuestro sistema de vida actual".

"Yo creo -añade Izquierdo-, que el nuevo enfoque revolucionario lo podemos dar las mujeres a partir de una búsqueda de la identidad propia, fuera de los arquetipos de los géneros".

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