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La OTAN busca una mayor afabilidad soviética en Ginebra

Andrés Ortega

Una vez más, la OTAN se queja de que la Unión Soviética no se muestre más afable en las negociaciones de Ginebra sobre los euromisiles. Así lo señaló ayer en Bruselas Richard Burt, subsecretario norteamericano para Asuntos Europeos y presidente del Grupo Especial Consultivo (SCG), que ayer celebró la primera reunión desde que el dirigente soviético, Yuri Andropov, anunciara sus propuestas. Pero una cosa es la mesa formal de negociación y otra los paseos por los bosques helvéticos.Burt acusó a la URSS de querer "codificar una superioridad nuclear sobre Estados Unidos y lograr una hegemonía en Europa". Burt rechazó las propuestas de Andropov para limitar el número de cohetes SS-20 a 162 a cambio de no desplegar ningún euromisil, pues cuenta a los sistemas británicos y franceses, que, "por definición, son disuasores estratégicos nacionales y que no pueden proporcionar el eslabón entre Europa y la disuasión estratégica estadounidense".

El SCG -en el que Francia no participa y que contó, por parte española, con la presencia de Carlos Fernández Espeso, subdirector general de Asuntos de Seguridad y Desarme- acordó, según Burt, que sólo los sistemas de EE UU en Europa pueden desempeñar este papel y reiteró la resolución atlántica de comenzar en diciembre el despliegue de los 572 misiles Pershing II y de crucero si no se llega a un acuerdo en Ginebra.

El objetivo central de esta reunión del SCG -formado para seguir la dimerisión de control de armarnentos de la doble decisión atlántica de diciembre de 1979- era examinar las alternativas por las que presionan los europeos a la opción cero, planteada por Estados Unidos en Ginebra.

Paul Nitze, el negociador de EE UU en Ginebra, tiene instrucciones de explorar todas las ofertas serias de los soviéticos. De hecho, el verano pasado, en sus paseos por los bosques, Estados Unidos y la Unión Soviética llegaron a un principio de acuerdo, posteriormente rechazado, que contemplaba la eliminación de los Pershing II, los que más preocupan a los soviéticos.

Los europeos de la OTAN nunca han sido grandes entusiastas de estos cohetes. El acuerdo de los bosques, según fuentes occidentales, contemplaba el otorgar a cada parte 75 lanzaderas para los cohetes, lo que se traduce en 300 cabezas para EEUU y 225 para la URSS, que ya no tendría que contar con los Pershing II.

Fuentes atlánticas han señalado que podrían haber comenzado de nuevo estos paseos por los bosques. Mientras tanto, EE UU ha planteado en Ginebra propuestas colaterales sobre medidas para fortalecer la confianza mutua, que se enmarcan en las START (conversaciones para la reducción de armas estratégicas), pero se reflejan en las negociaciones sobre los euromisiles. En la representación permanente de un país europeo de la OTAN se estima que, dado que las negociaciones son específicas en cuanto a su delimitación -sólo se habla de un tipo de sistema de armas, los misiles nucleares terrestres de alcance medio- pueden avanzar rápidamente en cuanto ambas partes lo deseen.

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