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La Iglesia francesa reafirma su papel político

La Iglesia hace política, afirmó ayer el arzobispo de París, Jean Marie Lustigier, a manera de complemento de la declaración pública del Episcopado el día anterior, en la que por primera vez los representantes oficiales de la Iglesia de Francia se pronuncian directamente sobre la situación económica y social.El texto, que, solicita "nuevos modos de vida" y denuncia la demagogia y el corporativismo, es favorable al socialismo gobernante cuando defiende la justicia social, y no menos favorable a la oposición conservadora liberal al subrayar crudamente la gravedad de la situación económica.

El arzobispo de París, Lustigier, en unas declaraciones al diario conservador Le Figaro, estima que si, la Iglesia hace política al asegurar su propia existencia, al defender la libertad y al hombre, frente a la crisis económica, ante al juego suicida de la violencia entre los Estados". El prelado matiza cuando dice que prefiere a la expresión hacer política el que la Iglesia "juega un papel político de múltiples formas".

Pocas horas antes, el Episcopado francés publicó un documento que alimentará reflexiones posteriores en este país, tanto en el campo de la mayoría como en la oposición conservadora liberal. Dicho texto aborda directamente la situación económica y social del país, hecho sin precedentes al compararlo con otras intervenciones de la Iglesia en la vida pública, siempre en términos perifrásticos. Ahora la Iglesia francesa va al grano.

Los obispos revelan su conciencia de la crisis mundial, económica y social, y enumeran las características de la mentalidad que forjó en los ciudadanos el período del crecimiento salvaje de las décadas que siguieron a la última contienda mundial: deseo de superar el nivel de vida; recurso multiplicado del préstamo, con la consiguiente práctica del pluriempleo; abuso del sistema de protección social, etcétera. Toda esta maraña, ya difícil de resolver técnicamente, dicen los obispos, será irrealizable sin la transformación de las mentalidades individuales y colectivas. Y de aquí el capítulo esencial de su documento: el que se refiere a la invención de nuevos modos de vida contra el egoísmo y en favor de la solidaridad.

Algunos de los diecinueve nuevos modos de vida propuestos por los obispos son los siguientes: renuncia, total o parcial, al pluriempleo; renuncia a la acumulación de la jubilación y un empleo; retiro anticipado cuando los hijos ya han sido educados; rechazo del trabajo amarillo; desechar el cobro indebido del paro obrero. El Consejo Permanente del Episcopado francés anota muy especialmente que en los tiempos que corren la defensa del nivel de vida, es decir, del poder adquisitivo, "salvo para los más desfavorecidos, no es el objetivo más urgente".

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