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Más de 8.000 hombres, pertenecientes a los tres Ejércitos, desfilaron ante el Rey en Zaragoza

Más de ocho mil hombres y alrededor de quinientos vehículos de diferentes tipos, pertenecientes a los tres ejércitos y a los cuerpos y fuerzas de la seguridad del Estado, desfilaron ayer ante el Rey Juan Carlos en el paseo de la Independencia de Zaragoza. Con esta parada militar, han concluido los actos conmemorativos de la Semana de las Fuerzas Armadas, que en esta edición se han desarrollado con carácter preeminente en la capital aragonesa, cabecera de la V Región Militar. El Rey, antes de emprender regreso a Madrid, asistió a un almuerzo en la Capitanía general de Aragón en el que participaron los principales responsables de las fuerzas que actuaron en el desfile.

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La inestabilidad del tiempo impidió que la parada militar de ayer se desarrollara como estaba prevista, ya que, al estar bajo mínimos el aeropuerto de Zaragoza, no pudieron participar en el desfile las unidades aéreas, que se encontraban distribuidas en cuatro grupos (transporte, reactores ligeros y pesados y helicópteros), en su mayoría del Ejército del Aire, aunque también pertenecientes al grupo aeronaval de la Armada y a las fuerzas aeromóviles del Ejército de Tierra.Don Juan Carlos, acompañado de la familia real, llegó a la tribuna presidencial del paseo de la Independencia poco antes del mediodía, en medio de una estrepitosa ovación procedente de las personas que desde las tribunas y las calles colindantes esperaban el comienzo de la parada. El Rey fue cumplimentado por el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y una importante representación de su Gabinete, así como por la Junta de Jefes de Estado Mayor y por los presidentes de las dos Cámaras parlamentarias, pasando a continuación a la tribuna. El ministro de Defensa, Alberto Oliart, sin embargo, se trasladó a una tribuna contigua y permaneció durante toda la parada junto con los demás miembros del Gobierno.

Las fuerzas participantes en el desfile se encontraban al mando del capitán general de la V Región Militar, teniente general Luis Caruana, que pasó ante la presidencia en primer lugar y se situó junto a la tribuna durante todo el desarrollo del acto. La parada militar comenzó con la presencia en el paseo de la Independencia de una subagrupación motoacorazada de la brigada operativa del territorio V, con base en Zaragoza, que incluía tres escuadrones de caballería, uno provisto de ametralladoras ligeras, dos de carros de combate medio M-47 y el último de vehículos BMR.

Tras esta primera unidad desfilaron las diferentes banderas de las fuerzas participantes en la parada militar, que iban seguidas de un batallón de infantería compuesto por tres compañías de fusiles y una de armas y un grupo mixto de artillería, concretamente del regimiento de Artillería de Campaña 20, con tres baterías.

Posteriormente hizo acto de presencia ante la tribuna presídencial una subagrupación de tropas de la División Acorazada Brunete número 1, con base en Madrid, que comprendían un batallón de carros de combate medio AMX-30, otro mecanizado, con tres compañías de transportes orugas acorazados, y un grupo de artillería de campaña. El desfile de estas unidades lo completaban uno de los grupos del regimiento de artillería antiaérea 72, con tres baterías.

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Las unidades de la División Acorazada Brunete y de artillería antiaérea fueron precedidas por distintas fuerzas, correspondientes a ingenieros, intendencia, sanidad y veterinaria militar. Entre las tropas de ingenieros se encontraban un batallón de puentes del regimiento de Pontoneros y especialistas de este arma que incluían unidades de lanchas rápidas, operaciones anfibias, puentes PF-50 y puentes MANN.

El desfile de unidades sobre vehículo concluyó con la presencia en la plaza de la Independencia de una compañía de desembarco anfibio del tercio de la Armada (Infantería de Marina), compuesta por carros de combate y otro tipo de vehículos motorizados.

La segunda, parte de la parada militar, esta última al mando del director de la Academia General Militar, general de brigada, Juan Bautista Sánchez, comprendía la presencia de una agrupación de guardias reales, entre las que se encontraban una sección de alabarderos, y cuatro batallones de alumnos, correspondientes a la Escuela Naval Militar, Academia ,General del Aire, Aademia General Militar Academia General Básica de Suboficiales.

A continuación desfilaron tres subagrupaciones representativas de la Armada, con una batallón de marinería y otro de infantería de Marina, el Ejército del Aire, con un escuadrón de tropas y otro de zapadores paracaidistas y del Ejército de Tierra. Este último estaba compuesto por un tabor de regulares, desplazado de Melilla, y una bandera paracaidista, unidades de alta montaña y dos compañías de operaciones especiales. El desfile de fuerzas del Ejército de Tierra lo completaban diferentes unidades de artillería y armas a lomo, estas últimas de la brigada de alta montaña, con cuartel general en Huesca.

Ya por último, participaron una bandera del Tercio de la Legión, unidades de, la Guardia Civil y de la Policía Nacional a pie y dos esccuadrones de caballería pertenecientes a estas últimas fuerzas. Al término del desfile, los Reyes, en automóvil descubierto y rodeados de la escolta real, abandonaron el paseo de la Independencia en medio de una fuerte ovación.

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