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El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

Pascual Gálvez afirma que nadie impidió la salida hacia el Congreso de la columna de la Acorazada

En la sesión de la tarde de ayer del juicio por el 23-F terminó el testimonio de los capitanes acusados. Al comienzo de la sesión testificó el capitán de la Guardia Civil Francisco Ignacio Román, acusado de ir al mando de un autobús de las fuerzas que ocuparon el Congreso, así como de no colaborar con el general Aramburu, director general de la Guardia Civil. El fiscal pide para él una pena de un año y seis meses de prisión, la más baja de las solicitadas. Por su parte, el capitán Pascual Gálvez, de la Acorazada, afirmó que nadie impidió la salida de la columna de Policía Militar que se sumó a la fuerza que había asaltado el Congreso.

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El capitán Ignacio Román, a preguntas del fiscal, dijo que subió a uno de los autobuses que salían del Parque de Automovilismo, sin que nadie le hubiera explicado de qué se trataba ni le hubiera dado orden alguna, aunque "había oído hablar de un servicio que se iba a prestar en las inmediaciones del Congreso".También declaró que no había visto en su vida al general Aramburu Topete, y relató que cuando llegó al Congreso ya se había formado alrededor del edificio un cordón, y ordenó a sus hombres que impidieran alteraciones del orden fuera del Congreso. "Al poco llegó un general de uniforme (luego supe que era Aramburu) y me preguntó quién me mandaba. Como yo no lo sabía, no le contesté. El general ordenó a mis guardias que subieran en los autobuses y a mí me dijo lo mismo. Me quedé parado, y el general ordenó a un teniente coronel que me arrestara".

Santiago Segura, defensor del capitán Muñecas, le preguntó si conocía al capitán Ignacio Lombo, y Román relató que coincidió con él en Badajoz, clonde le habló del tiempo en que Lombo mandaba el cuartel de la Guardia Civil de Tolosa. Según Román, la detención de Amparo Arangoa se produjo durante esa época.

Después fue llamado a declarar el capitán José Pascual Gálvez, que mandaba la compañía del Cuartel General de la División Acorazada Brunete durante el 23-F, para quien el fiscal pide siete años de prisión, acusado de entrar en el Congreso,, en la madrugada del 24 de febrero, con la columna de la división que mandaba el comandante Pardo Zancada.

El procesado explicó a preguntas del fiscal que se ofreció a acompañar a Pardo al Congreso, asumiendo sus responsabilidades, por lo que reunió a sus hombres y se sumó a la columna que fue a las Cortes.

Dijo después que no tuvieron dificultades para formar la columna y salir del Cuartel General, y agregó que es muy posible que les vieran, porque la salida está muy cerca de las oficinas del mando, lugar de reunión de todos los oficiales. La columna estuvo detenida una hora en la salida del Cuartel General. Después dijo que tuvo noticias del mensaje del Rey una hora después de que fuera difundido, pero sobre su contenido sólo oyó comentarios.

A preguntas de su defensor sobre cuál fue la reacción en el Cuartel General cuando se conoció la noticia del asalto al Congreso de los Diputados, Pascual Gálvez afirmó que la reacción fue "de ilusión y de esperanza, porque el Ejército iba a tomar una decisión para acabar con los problemas que España padece en los últimos años, que ya está bien".

A las seis de la tarde, y tras terminar el interrogatorio del capitán Pascual Gálvez, el presidente del Tribunal levantó la sesión hasta las diez de la mañana de hoy.

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