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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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La CSCE, ¿lugar de confrontación o de colaboración?

El jefe de la delegación soviética ante la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) expone en este artículo los puntos de vista aplicados por la URSS en este importante foro europeo. Tras subrayar que queda poco trecho, aunque erizado de dificultades, para culminar exitosamente la Conferencia de Madrid sobre la base del borrador de documento final de los países neutrales y no alineados, Ilichev critica a los que intentan convertir la reunión de Madrid en un instrumento de destrucción y de confrontación, a su juicio incompatible con el progreso de la seguridad y la cooperación europeas.

La opinión pública mundial y, naturalmente, los pueblos de Europa en primer lugar, muestran un vivo interés por la marcha de las conversaciones en el encuentro de Madrid. Esto es muy lógico, ya que se trata de un foro político de gran importancia.La Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea en Helsinki, convocada por iniciativa de los países socialistas, hizo el balance político necesario de la segunda guerra mundial y confirmó la plena inconsistencia y el fracaso histórico de la política de fuerza. Los participantes en la Conferencia sacaron importantes conclusiones de la marcha de la historia al reconocer la inviolabilidad de las fronteras de todos los Estados de Europa originadas a raíz de la segunda guerra mundial y el ulterior desarrollo.

Los acuerdos de Helsinki componen un programa de actividad de los Estados a largo plazo. Su objetivo es dar una nueva imagen a Europa, transformarla en una región de paz duradera, de seguridad garantizada y colaboración multilateral estable. Los resultados de la Conferencia Europea de Helsinki, orientados hacia el futuro, ofrecieron a los pueblos las perspectivas de la colaboración pacífica en la política, la economía, la ciencia y la técnica, en la cultura e información, en los contactos entre las personas.

Los resultados de la Conferencia dieron comienzo a una importante fase de la distensión.

Los acuerdos de Helsinki, una genuina carta de paz y seguridad europea, tienen extraordinaria importancia para Europa. El acta final, como dijera L. Breznev, "al igual que los estatutos de la ONU, facilitó el paso de la civilización a unos niveles superiores en las relaciones internacionales". Puede ser comparada con un rompeolas que se opone a todo lo que socava los cimientos de la distensión.

El encuentro de Madrid fue convocado con el objeto de proseguir con el proceso iniciado en Helsinki. La presente Conferencia, por su naturaleza, está destinada a favorecer que desaparezca la confrontación, concretamente en Europa. Las cuestiones que se discuten en el foro inducen de modo directo a los representantes de los Estados que participan a mejorar sus relaciones mutuas, a fortalecer la seguridad y colaboración en Europa, a desarrollar en el futuro el proceso de distensión.

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¿En qué fase se encuentran actualmente las conversaciones?.

A mediados de diciembre, en vísperas del descanso navideño, muchas delegaciones, y entre ellas nosotros, pensábamos que el largo camino recorrido ya se ha quedado atrás, que hasta la meta final teníamos delante tan sólo unos metros, muy difíciles, pero en definitiva tan sólo unos metros. Por cierto, en cuanto al contenido, a la esencia de la Conferencia de Madrid, esta apreciación sigue vigente. Las delegaciones no regresaron a Madrid con folios en blanco. Todos los participantes tienen delante el proyecto del documento final, preparado por el grupo de países neutrales y no alineados. Según la confesión de la mayoría de delegaciones, dicho proyecto es una base bastante buena del futuro documento final.

Una parte considerable del proyecto está compuesta por apartados y principios ya aprobados, correspondientes a todas las direcciones de la colaboración multilateral entre los Estados. También contiene las proposiciones de los países neutrales y no alineados para resolver los temas conflictivos. Por supuesto, no podemos decir que todas y cada una de las palabras del documento corresponden a nuestra posición; nosotros disentimos con algunas formulaciones. Pero, a mi modo de ver, las 35 delegaciones se han vuelto a reunir en la capital española precisamente para dar respuesta a unos cuantos problemas que se quedaron sin resolver.

Hay que buscar salidas

Pero para solucionarlos hay que trabajar y hay que buscar salidas que sean aceptables para todos. Sin embargo, Estados Unidos y los países miembros de la OTAN se niegan a ello. En su lugar, imponen la polémica alrededor de una cuestión ajena al encuentro de Madrid.

Quiero plantear la siguiente duda: ¿es compatible el deber de hacer avanzar el proceso de fortalecimiento de la seguridad y colaboración con la confrontación? Naturalmente que no. No hay necesidad de demostrar que el encubrimiento de la confrontación con citas del Acta Final y, aún más, utilizándola como arma de injerencia y presión, de agudización de la tensión, contradice la letra y espíritu de los acuerdos de Helsinki.

No es un secreto para nadie que hay quien no quiere aceptar de buena gana el camino que Europa se trazó en el Acta Final. Este no corresponde a la línea marcada para lograr la supremacía militar a través del armamento sin precedentes de la OTAN. ¡¿Cómo preocuparse de la seguridad y desarrollo de la colaboración en Europa, cuando en otros planes globales se le otorga el papel de ser el teatro de acciones militares?!

Tampoco hace falta hablar mucho de que el intento de uno o varios Estados de hacer tambalear la Conferencia de Madrid, de dictar su propia voluntad y organizar el juicio contra uno y otro Estado participante de los acuerdos de Helsinki pone en peligro todo el mecanismo del proceso europeo.

En el discurso de la Conferencia de Helsinki, el 31 de julio de 1975, Breznev decía: "De los resultados de la Conferencia se deducen conclusiones muy importantes para el futuro. La más importante, plasmada en el documento final, es: nadie debe intentar dictar a otros pueblos, apoyándose en consideraciones de política exterior, cómo deben llevar sus asuntos internos. El pueblo de cada Estado, y solamente él, tiene el derecho soberano de solucionar sus problemas internos y establecer sus propias leyes. Una actitud distinta es un terreno peligroso para la colaboración internacional". Estas palabras tienen hoy una actualidad especial.

Como se sabe, esta vez, por parte de la diplomacia norteamericana, se emplean como arma de detrimento de la política de distensión y colaboración los sucesos en Polonia y la campaña antipolaca y antisoviética desatada por los países miembros de la OTAN.

Los círculos militaristas de Estados Unidos, violando las normas más elementales de las relaciones internacionales, no sólo se inmiscuyen en los asuntos internos de la República Popular de Polonia, sino que pretenden convertirla en un constante foco de tensión en Europa.

Amenaza sobre Europa

Han desatado una histeria política e ideológica sin precedentes para obstaculizar la normalización de la situación. Washington pretende atar a su línea política expansionista a otros países occidentales, sin detenerse a considerar los perjuicios que acarrearía con ello a sus intereses nacionales.

Semejante modo de proceder es una grave injerencia en los asuntos internos de un Estado soberano, que atenta contra los cimientos de la colaboración europea. Con ello se pretende borrar todo lo positivo que se ha logrado en el transcurso de la distensión y de la Conferencia de Madrid, lo que es incompatible con el espíritu y la letra de los estatutos de la ONU y del Acta Final de Helsinki.

El proceso europeo y su futuro jamás han estado tan amenazados como ahora. La transformación de las salas del Palacio de Congresos de Madrid en paletra para torneos de "guerra psicológica", empleando como armas la mentira y la calumnia, y como blanco de ataques a Estados soberanos cuya política exterior e interior no es del gusto de Estados Unidos, puede perjudicar seriamente al proceso comenzado en Helsinki. Por eso la delegación soviética y las de los países hermanos hacen todo lo posible por evitarlo.

Contra la injerencia

La Unión Soviética se pronuncia decididamente contra todo intento de injerencia en los asuntos internos de la República Popular de Polonia, incluso en un foro internacional como el de Madrid. Si el curso normal de las conversaciones quedara bloqueado a causa de la pretensión de utilizar la Conferencia con fines destructivos, en oposición a los verdaderos intereses de los pueblos europeos, toda la responsabilidad recaería sobre los que lleven a cabo estas acciones.

Sería bueno que en Occidente, incluyendo a Estados Unidos, se comprendiera que la paz y la tranquilidad son necesarias a todos los Estados participantes y no sólo a los países del campo socialista.

El camino hacia el resultado positivo de la Conferencia de Madrid no es la confrontación y la polémica estéril, sino la búsqueda de soluciones apropiadas para todos en aras de la paz y la seguridad.

La delegación soviética considera que la fructífera culminación de la Conferencia de Madrid, con la aprobación de un documento final sustancial que contenga la resolución de llevar a cabo la conferencia sobre las medidas de confianza, seguridad y desarme en Europa, tendría una gran importancia para el mejoramiento del clima político en Europa y en el mundo en su conjunto.

La delegación soviética está dispuesta a hacer su aporte constructivo a los esfuerzos conjuntos para alcanzar este objetivo.

Leonid Ilichev es viceministro de Asuntos Exteriores de la URSS y jefe de la delegación soviética en la Conferencia de Madrid.

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