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El proceso contra un médico alemán divide opiniones sobre eutanasia o asesinato

La opinión pública de la República Federal de Alemania se conmueve y divide ante el proceso contra un médico que mató con una inyección a un recién nacido en Munich, por creer que tenía una malformación congénita. Para unos, se trata de un caso de eutanasia, pero en el proceso ya se habla de posible asesinato. La sala del tribunal está llena de mujeres, pacientes del ginecólogo procesado, que ante las cámaras de televisión confiesan su solidaridad con el médico.

Los hechos ocurrieron el pasado 16 de abril, cuando el ginecólogo realizó una cesárea a una mujer embarazada de ocho meses. Las exploraciones con ultrasonido habían dado como resultado que el feto tenía una microcefalia, una cabeza muy pequeña, y unos miembros enormemente largos. El médico estaba convencido de que el niño sería «un idiota completo». La madre estaba psíquicamente destrozada, porque tiene una hermana con un niño subnormal y no quería pasar las mismas penalidades.Después de la cesárea, en la primera observación del recién nacido, el médico quedó convencido de que era anormal y dio orden para que no se le prestase asistencia, de que se le dejase morir. Al bebé le tomaron sangre y unas muestras de tejidos para hacer un análisis, y todos creyeron que moriría, pero una hora después empezó a llorar a gritos.

El médico ordenó a la médica asistente que le pusiese una inyección, «para poner fin a sus sufrimientos». La médica llegó a preparar la jeringuilla, pero fue incapaz de poner la inyección mortal al bebé, porque sufrió un ataque de nervios. Esto motivó que el ginecólogo acusado hoy de homicidio le aplicase personalmente la inyección mortal.

El juez preguntó en Munich al acusado, «qué sufrimientos quiso evitar al niño muerto: la presunta enfermedad mental congénita o los padecidos después del nacimiento». El médico respondió que los sufrimientos padecidos después del parto. A la pregunta del juez de si trató de poner fin con su acción a una serie de errores médicos, el acusado respondió que «también». Esta respuesta motivó que el juez dijese que «esto puede ser un asesinato para encubrir otro delito».

Desatención al bebé

En el banquillo de los acusados está también la médica que se negó a poner al recién nacido la inyección mortal, por haber dejado desasistido al bebé. La médica declaró que sufrió un ataque de nervios y desde entonces no ha podido volver a ejercer su profesión. También declaró la médica que en su primer reconocimiento del niño no encontró nada anormal, «sólo la cabeza un poco caída». Sobre su jefe dijo que «se ocupaba día y noche de sus enfermos, los asistía también anímicamente y era un modelo para mí. Nunca vi que cometiese un error». En la República Federal de Alemania los casos de eutanasia tienen una repercusión especial por el recuerdo de los asesinatos cometidos en tiempos del nazismo con los seres inferiores.En televisión, las pacientes del ginecólogo que asisten al proceso y también algunas madres de niños subnormales se declararon a favor del médico acusado y disculpan su hecho. Los abogados defensores han encontrado también un argumento a favor del médico con su historia personal.

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