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Normalidad en la fiesta de la Patrona de Infantería

La festividad de la Inmaculada Concepción, patrona del arma de Infantería, fue conmemorada ayer en las principales unidades y acuartelamientos de las distintas capitanías generales del territorio, dentro de un clima de normalidad, según las primeras informaciones recibidas sobre los actos celebrados. Las primeras autoridades militares, que se repartieron entre los principales actos, estuvieron muy interesadas en que prevalecieran durante la jornada este estado de ánimo. Sin embargo, a juicio de diferentes observadores, en algunos sectores de la colectividad militar aún permanecía cierto ambiente de tensión, motivado en gran parte por el escrito difundido por un centenar de oficiales y suboficiales de la guarnición de Madrid.

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La jornada de actos castrenses se inició en Madrid a media mañana con la celebración de una misa en la lglesia de los Jerónimos, a la que asistió el jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), teniente general José Gabeiras, así como una importante representación de generales, jefes y oficiales. Entre los generales presentes en la misa se encontraban el capitán general de Madrid, teniente general Guillermo Quintana; el presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, teniente general Luis Álvarez Rodríguez, así como los generales de división Víctor Lago, gobernador militar de Madrid; José Antonio Sáenz de Santamaría, inspector de la Policía Nacional y Francisco Carbonell, jefe de la División Acorazada Brunete número 1.La homilía corrió a cargo del vicario general castrense EmiIio Benavent, cuyas palabras fueron eminentemente religiosas. Benavent saludó al principio de la homilía a la esposa del jefe del Cuarto Militar del Rey, teniente general Joaquín de Valenzuela, militar que salvó la vida en un atentado perpetrado contra su persona hace unos meses, y a la viuda del que fue gobernador militar de Guipúzcoa, general Lorenzo González Vallés.

Al término de la misa, las autoridades militares se repartieron para asistir a otros actos celebrados por la guarnición de Madrid, como el organizado por la División Acorazada Brunete número 1, en El Goloso, al que acudió el ministro de Defensa, o el desarrollado en la Brigada Paracaidista (Bripac), en su acuartelamiento de Alcalá de Henares, que careció de la tradicional copa de vino español, debido a la reciente muerte en accidente de un joven oficial. También se celebraron actos en honor de la patrona del arma en otras unidades y establecimientos militares de la I Región Militar (Madrid), caso de la Escuela Superior del Ejército y de la Agrupación de Tropas del Cuartel General del Ejército.

En el resto de las capitanías españolas se desarrollaron actos similares a los celebrados en Madrid. El capitán general de la VI Región Militar (Burgos), Luis Polanco, se trasladó a Irún (Guipúzcoa), donde presidió una serie de actos en el acuartelamiento del Batallón Colón 24, a los que asistieron las primeras autoridades de la ciudad y numeroso público. En Barcelona, la festividad de la Inmaculada fue conmemorada en el Regimiento de Infantería Jaén 25. A esta celebración, en la que sólo hubo una misa y una parada militar, asistió el capitán general de la IV Región Militar, teniente general Ricardo Arozarena.

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