Conmoción popular y luto oficial en Murcia por la tragedia
«Esto no es sólo una catástrofe para el PCE, es una tragedia popular», ha declarado a EL PAÍS Pedro Antonio Ríos, concejal comunista del Ayuntamiento de Murcia que ayer coordinaba la información sobre el accidente sufrido por 45 militantes murcianos, que volvían de la fiesta del Partido Comunista que se había celebrado en la Casa de Campo de Madrid.
Ríos, desde un despacho del Consejo Regional, cedido por su presidente, el socialista Andrés Hernández Ros, confeccionaba a tientas la lista de desaparecidos en el accidente. Hasta primeras horas de la tarde, nadie sabía con seguridad quiénes habían muerto, ya que fueron cuatro los autobuses del PCE murciano que viajaron a Madrid, y a la vuelta, los intercambios entre viajeros habían sido múltiples. En realidad, decía Ríos, sólo Agustín Sánchez Trigueros, el secretario regional, también fallecido en el siniestro, sabía quiénes iban allí, puesto que era el responsable de dicho autobús.La primera persona en Murcia que conoció lo ocurrido fue el propietario de la empresa a la que pertenecían dos de los autobuses en que se habían desplazado los militantes del PCE, Crisanto Lorente.
«A las 2.30 horas de la mádrugada», ha declarado a EL PAÍS, «me telefoneó el chófer del segundo autobús, cuando llegó al lugar del accidente, pues llevaba unos veinte minutos de retraso respecto al primero. Inmediatamente, contraté varias ambulancias para que llegaran hasta el lugar, mientras que los ocupantes del segundo autobús eran desviados por el centro de Quintanar de la Orden, para que no vieran el siniestro, porque se sospechaba que podían tener familiares entre los muertos».
Pocas horas más tarde, salían hacia el cementerio de Quintanar, donde hallan los cuerpos de dieciocho de las personas fallecidas, que fueron trasladados después a la Casa de la Cultura, varios miembros de la ejecutiva regional del PCE para, proceder al reconocimiento de sus compañeros. Les acompañaron los consejeros regionales de Interior y de Trabajo, Antonio Guirao y Antonio Martínez Brell, ambos del PSOE.
Mientras tanto, en Murcia, la noticia se extendía a primeras horas de la mañana. La sede del PCE, cotapsada de llamadas telefónicas, se dedicó exclusivamente a atender a los familiares de los viajeros desaparecidos. Entre tanto, en el Consejo Regional se confeccionaba una lista de fallecidos, a la vista de los testimonios de los que habían vuelto. Se da la circunstancia de que la mayoría de los ocupantes del autobús siniestrado habían trabajado en la caseta de la región murciana en la Casa de Campo, y todos se agruparon en dicho auto para salir un poco antes que el segundo, ya que debían incorporarse a sus trabajos a primeras horas de la mañana de ayer. Así se salvaron algunos matrimonios de jubilados, que cedieron sus asientos a otros compañeros. Este es el caso de Benito Blaya Quiñonero, del pueblo de La Alberca. Blaya cuenta, conmocionado, su visión de lo ocurrido diciendo que « la confusión entre los compafieros ha sido tremenda. A nosotros, en el pueblo, nos daban por muertos, así que cuando llegamos esta mañana a casa, prácticamente todos los vecinos han venido a vernos, incrédulos de nuestra suerte» Fernando Muñoz, del comité ejecutivo regional, y su mujer, Mercedes Reverte, todavía no saben cómo siguen vivos ellos y sus hijos. «Nosotros decidimos a última hora volvernos a media tarde en el autobús de los compañeros de Cartagena».
Luto en la ciudad
Desde primeras horas de la mañana, las banderas de España y la región ondeaban a media asta en la sede del Consejo Regional, que ayer por la noche puso un autocar y coches particulares a disposición de los familiares de los muertos que quisieran trasladarse a Quintanar. También el Ayuntamiento de Murcia estaba de luto. Tanto el alcalde, José Aroca, como el presidente del Consejo Regional, Hernández Ros, han manifestado su pesar por el fallecimiento del secretario regional del PCE-y los restantes militantes.
Toda la ciudad se hallaba ayer conmocionada por el suceso, esperando que se abra esta noche la capilla ardíente en el aula Román Alberca, de la facultad de Medicina, adonde hoy por la tarde serán trasladados los cuerpos desde Quintanar de la Orden, donde se les practicó ayer la autopsia. Está previsto que el obispo de la diócesis, Javier Azagra, oficie el funeral colectivo que se celebrará mañana por la mañana, a las 11.30 horas, en la catedral. Se espera que asistan al oficio miembros del comité ejecutivo central del PCE y las primeras autoridades de la región. Todos los féretros irán cubiertos con la bandera del Partido Comunista de España. Una hora antes, a las 10.30 horas, en el patio de la facultad de Medicina, se hará una despedida civil a los restos de los militantes fallecidos. Durante el acto se cantará La Internacional.En la sede del Partido Comunista en Murcia, los telegramas de pésame son innumerables. Destacan el dirigido por los Reyes a los familiares de los fallecidos, así como el del lendakari Carlos Garaikoetxea y el presidente de la Diputación Provincial de Madrid, José María Rodríguez Colorado.
Agustín Sánchez Trigueros, secretario regional del PCE en Murcia, tenía 55 años, estaba casado y tenía dos hijos. Fue responsable del Partido Comunista español durante la clandestinidad, en Francia. Estuvo exiliado en distintos países de Europa durante veintiocho años y, en 1976, fue elegido para el cargo que ocupaba.
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