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Siguen las detenciones de integristas islámicos en Tunicia

En vísperas de concluir el mes sagrado del Ramadán, el Movimiento Islámico Tunecino, considerado como la fuerza principal de la corriente integrista, ha denunciado al Gobierno dirigido por Mohamed Mzali, al que acusa de llevar a cabo una nueva caza de brujas contra los defensores del Islam, en violación de los principios de la pluralidad política aceptada por el presidente Habib Burguiba. 61 militantes integristas han sido detendidos en los últimos diez días.La citada formación, cuyos dirigentes fueron detenidos el 18 de julio, acusados de haber distribuido una octavilla en la que se formulaba un llamamiento a la violencia contra "todos los que no observen las prácticas islámicas", considera que el régimen tunecino desea decapitar al integrismo musulmán, para impedir que éste adquiera un vigor renovado, en un país donde el liberalismo de uso normal es calificado como una afrenta a las costumbres islámicas.

A comienzos del Ramadán, los integristas musulmanes tunecinos protagonizaron diversos incidentes en el centro de Túnez, cuando intentaron clausurar bares y restaurantes que aceptaban servir a clientes árabes. Las autoridades tunecinas, que ven en esa corriente un grupúsculo defensor del terror y del oscurantismo, estiman que la falta de tolerancia, en materia religiosa, desprestigia al régimen encarnado por Burguiba.

El incidente más grave ocurrido en este terreno fue protagonizado por los animadores franceses de un centro estival de vacaciones, en la playa de Korba, que celebraron la fiesta nacional gala con un recital de canciones, en el que figuraban varias israelíes. El director de ese centro no vaciló en dar vítores a Israel, en medio de la estupefacción de los tunecinos que asistían a ese festejo.

Grupos de jóvenes integristas atacaron al día siguiente las instalaciones del centro, destrozando el bar y causando importantes daños materiales. Varios partidos de la oposición semilegal tunecina han expresado, sin embargo, su solidaridad con estos dirigentes.

La detención de los elementos integristas es considerada como un acto promovido por la irritación personal del presidente Burguiba, quien, sin menoscabar la importancia de los valores de Islam, desea consolidar en el país un liberalismo económico y político que haga de Tunicia un ejemplo de la llamada tercera vía social entre socialismo árabe y capitalismo.

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