Seguros de periodistas
Coincidiendo con el Día de Cervantes hubo en Madrid unas jornadas de homenaje nacional a los periodistas jubilados. En uno de los actos, con sede en el palacio de Bellas Artes, fueron entregados diplomas conmemorativos a quienes, por imperativos de la edad, ya hemos dejado la práctica de la dura y arriesgada profesión. Al pasar a recoger el título a mi nombre me vi obligado a señalar a Luis María Ansón la renuncia a tal honor, por cuanto todavía -dije- supura la llaga abierta por el affaire de los seguros complementarios, establecidos a partir del año. 1970 por la Federación de Asociaciones de la Prensa de España.La finalidad de tales seguros consistió en que, mediante la aportación por cada uno de los periodistas asegurados de una cantidad mensual (en mi caso, 1.820 pesetas más una entrada de 5.000) estipulada con arreglo a la edad en el momento de suscribir las pólizas, se reconocía el derecho a la percepción, al cumplir los 65 años de edad, de la cantidad de 500.000 pesetas en una sola entrega, quedando liquidadas las pólizas en cuestión. No obstante, a punto de terminar el período de cotización de diez años, con inmediatez de dos meses y once días a la fecha (25-2-1980) de cumplir los 65 años, la FAPE comunicó que tales seguros eran ilegales, por cuanto correspondían a una operación mal hecha por el anterior consejo directivo y que de lo dicho -y escrito- nada resultaba válido. Así, procedió, unilateralmente, a un reparto de los fondos existentes, los cuales no llegaron a cubrir las cantidades aportadas desde diez años antes. En tan triste negocio, a mí me correspondió la pérdida de unas 300.000 pesetas.
Contrapuesto a este proceder de la Federación, por parte de la Asociación de la Prensa de Madrid se hizo público, a través de notas facilitadas por la agencia Efe a la Hoja del Lunes, el asombroso éxito de la gestión de la junta directiva, presidida por el señor Ansón, durante el año de 1979: recuperación del palacio de la Prensa, en plena propiedad, de. la Caja de Ahorros de Madrid; cancelación de 1.200 millones de pesetas de deudas, así como de hipotecas irregulares que afectaban a 290 copropietarios de la Ciudad de los Periodistas.
Resultan así antagónicos los criterios de la FAPE y de la Asociación de la Prensa de Madrid. Víctimas de ellos hemos sido unos periodistas de provincias gravemente perjudicados en nuestras economía particular justo en el momento de la jubilación. / .
