Los obispos despidieron oficialmente a Luigi Dadaglio
La comisión permanente del episcopado español se reunió en la mañana de ayer bajo la presidencia del cardenal de Madrid, Vicente Tarancón. El presidente de la Conferencia Episcopal ha informado del sínodo sobre la familia, recientemente clausurado. Los obispos españoles han valorado la importancia doctrinal del sínodo, que se ha arriesgado a defender, en tiempos como los que corren, una institución tan amenazada como es la familia. No se sabe si, al igual que los franceses han hecho con el escrito «el gusto por la vida», los obispos españoles publicarán algún documento más concreto.La reunión tenía, sin embargo, por motivo fundamental la despedida de Luigi Dadaglio, el nuncio en España durante los trece últimos años. Este «hombre de iglesia y amigo de España», como acostumbraba a definirse, ha sido testigo y protagonista de profundos cambios en la Iglesia española, que no se produjeron sin traumas.
Ahora se marcha a la curia del Vaticano como secretario de la Congregación para los Sacramentos. «Como a Pablo VI», comentaba el cardenal Tarancón, «quizá sólo después de morir se sabrá apreciar lo que el nuncio ha hecho por España».
