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Jamaica elige hoy entre el tercermundismo y la vuelta a la órbita occidental

La elección entre una radicalización tercermundista, apoyada por el primer ministro Michael Manley, y la vuelta a la órbita norteamericana, patrocinada por el líder de la oposición, Edward Seaga, constituye la incógnita de las elecciones legislativas previstas para hoy en Jamaica.

Una ola de violencia política sin precedentes -cerca de quinientos muertos desde el comienzo del año- testimonia la dureza de la lucha en este Estado independiente de democracia parlamentaria y miembro de la Commonwealth, en el que se encuentran enfrentados los partidarios del Partido Nacional del Pueblo (PNP), de tendencia socialista -en el poder desde 1972-, y los militantes del Partido Laborista Jamaicano (JLP), que encabeza Seaga.El contexto geopolítico de estos enfrentamientos ha puesto en juego los intereses de Estados Unidos y Cuba, que influyen fuertemente en esta nación, que se encuentra al borde de la bancarrota y tiene la tentación de tomar una opción abiertamente progresista, siguiendo el ejemplo dado anteriormente por Cuba, Nicaragua y la isla de Granada.

Acusados por sus adversarios de querer transformar el país en una «Cuba anglófona», los líderes del PNP, en el que domina el ala izquierda procastrista, no cesan de criticar el carácter «fascista» de¡ Partido Laborista y el modelo surcoreano escogido por Seaga, hombre de negocios de origen libanés.

Agobiada por una crisis económica insoluble, Jamaica -2.100.000 habitantes- acumula una deuda exterior de 1.800 millones de dólares (unos 126.000 millones de pesetas), con una ola de paro que alcanza a más del 30% de la población activa (de la cual el 45% tiene menos de veinte años).

Segundo productor mundial de bauxita, el país sufre además un importante descenso del turismo, que es la segunda fuente de ingresos, debido a la reticencia de los turistas americanos, asustados por la violencia que reina en el país.

La incierta situación política ha llevado también a los bancos estadounidenses a frenar toda ayuda financiera desde el comienzo de este año. Responsabilizando de este «abandono» norteamericano a Seaga, el primer ministro, Michael Manley, ha aprovechado la militancia de Jamaica en el Movimiento de los No Alineados, que preside Fidel Castro, para girar hacia el tercermundismo.

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Ruptura con el FMI

La ruptura del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el pasado 24 de marzo, durante las negociaciones en las que se pretendía obtener un préstamo a largo plazo, constituye un hito importante que puede precisar la orientación futura del partido que se encuentra en el poder.Después de recurrir a la ayuda del FMI en 1977, Manley rechazó esta vez las condiciones del FMI (devaluación del dólar jamaicano, cortes radicales en los empleos improductivos y reducción en los presupuestos sociales) antes de confiar el futuro de su país al apoyo de los países del Tercer Mundo.

Mientras el reembolso de la deuda exterior de 1979 y 1980 ha sido fijado en unos doscientos millones de dólares (14.000 millones de pesetas), Jamaica debe hacer frente a un déficit de sus reservas de cambio de 758 millones de dólares (más de 53.000 millones de pesetas), colmadas por los depósitos realizados en la Banca Central de Kingston por países árabes.

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